jueves, 1 de octubre de 2009

La Virtud de Sonrojarse




Cuando la legalidad no esta a la altura de la decencia, la justicia en lugar de señalar el comportamiento indebido, acaba por protegerlo.

Lo ocurrido con los subsidios de Agro Ingreso Seguro no es un incidente aislado, más si una consecuencia de décadas de amañamiento en la administración de los recursos de la nación. Vivimos bajo esquemas diseñados por unos pocos con la expresa intención de perpetuar su propia permanencia en el poder y la de sus allegados y descendientes. Como en alguna ocasión mencionaba sabio personaje de Sánchez Juliao conocido como el Flecha: “familia que roba unida permanece unida”. Con la variante de que aquí ya no hay necesidad de robar, el sistema avala esos comportamientos y hemos quedado a expensas de la conciencia individual del administrador de turno, que decide para si mismo con la vergüenza como único juez garante.

No es sino echarle un vistazo a algunos programas del estado, como los de financiación educativa de entidades como colfuturo; que existen para fomentar la educación superior entre la población y promover así el nivel académico de la población. Buena parte de las becas, aunque en forma perfectamente legal, se reparten entre personas cercanas a miembros de las esferas de poder; aquellos que no necesitarían “ayuda” estatal para educarse pues cuentan con medios propios suficientes para hacerlo. Enfatizamos la palabra ayuda para que se entienda bien que un subsidio es una ayuda, y que según el diccionario: se denomina ayuda a una acción humana tendiente a resolver la “necesidad” de una persona o grupo social.

Ese fue el comportamiento del ex-ministro arias, quien al ser increpado por la asignación de multimillonarios subsidios, delineados para promover la inversión y el avance tecnológico en el campo, resolvió su respuesta argumentando la legalidad de la operación. Seguramente tiene razón. Muy a pesar del rechazo que produce aceptar que el dinero que pagan los colombianos en impuestos, acaba engordando las cuentas bancarias de personas muy pudientes, que no necesitan colaboración alguna para invertir en sus negocios, seguramente no hay nada en la operación que se haya hecho por fuera de la ley.

Recordemos que este fue el mismo ministro de agricultura que hace unos años, cuando se debatía lo de la asignación de tierras a las victimas de la violencia, argumentó que era más conveniente otorgar las tierras a empresarios para que ellos posteriormente contrataran como trabajadores a los campesinos. Eran las tierras de Carimagua, que según el ministro son malas para los campesinos pero si muy buenas si las toma algún empresario. Entonces como ahora, el ministro, sin siquiera gaguear, defendía que el procedimiento era perfectamente legal y que no había nada indebido en el procedimiento.

Se equivoca el ministro. Independiente de la presunta legalidad en la asignación, entonces de las tierras, y ahora de los subsidios, es terriblemente incorrecto y reprochable que en un país con abismos en la distribución de riqueza, se utilicen los limitados recursos públicos para favorecer a los más poderosos. Es una cuestión de básica decencia humana.

Cuando la ley y la decencia caminan por separado, es la vergüenza personal la que define los acontecimientos.


Por eso es dignificante la actitud de Valerie Domínguez quien ha decidido declinar el subsidio; aun cuando con ello haga un reconocimiento tácito de una conducta indebida. Al menos en su renuncia, ella demuestra que hay comportamientos que le dan pena. Cosa que no se puede decir de muchos servidores públicos, quienes de tanto nadar en esa legalidad turbia, han acabado por perder hasta la virtud de sonrojarse.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mercenarios Azules


El partido conservador, lejos de haberse debilitado, goza de gran influencia en las esferas del poder nacional. El problema es que ya ni es conservador, ni es partido político.

Es innegable el valor que tiene el partido conservador en lo que se podría llamar la política contante y sonante. Su cuota burocrática es inmensa, su solidez en el gobierno la testifican sus dos últimos ministros del interior, y su presencia en el congreso es amplia: 29 de 166 representantes y 18 de 102 senadores. Fuerzas nada despreciables. Su ejército en el congreso tiene el peso suficiente para ser tenido en cuenta en cualquier iniciativa legislativa. Sus resultados en la última elección les fueron favorables en lo que a cantidades se refiere.

Sin embargo, si analizamos un poco mas en detalle los números del partido en el 2006, podemos identificar varios detalles que merecerían repaso al interior de esa colectividad; entre ellos, que es el único partido importante de Colombia que no logro elegir una mujer al senado de la republica; otro, que su senador con mayor votación llego de 11 en la lista general, lo cual evidencia la falta de arrastre de sus lideres. Así pues, a pesar de su capital “contante y sonante”, los azules han perdido mucho apoyo distinto al que sus poderosas maquinarias les confieren. Han abandonado su norte ideológico. De representar principios históricamente conservadores, como la responsabilidad fiscal, la promoción de la empresa privada, los valores religiosos y cívicos; ya hoy no queda más que un grupo de mercenarios electorales al servicio del mejor postor; que en este momento es sin duda Álvaro Uribe.

Para ser realistas, no es sensato esperar liderazgo, ni propuestas, ni protagonismo alguno proveniente de una organización liderada por Holguín Sardi y luego por Cepeda. Ninguno de los dos representa nada, ni serán recordados por nada, ni producen el mínimo sentimiento de inspiración en los votantes. Ambos han sido jefes del directorio azul por la simple razón de que alguien tiene que serlo; y ante la abrumadora sequía ideológica que allí se vive, cualquier opción es tan buena como la siguiente. Como quien dice, han llegado por “default”.

Con sus precandidatos a la presidencia sucede lo mismo. Varían entre la irrelevancia de Araujo o de Galat, el oportunismo de Sanin y el arrodillamiento de Arias. Recuerdo que en una de sus columnas, el expresidentes Alfonso López Michelsen escribía que la gente tendía a confundir el carácter con el mal humor. Bueno, pues todo lo contrario es lo que ocurre con el exministro Arias: se le confunde el mal humor con carácter. Acaso puede haber carácter en quien públicamente se declara sirviente incondicional de otro. Ese es el carácter que se limita a la obediencia. Salir de Uribe para entronar un pajecito suyo seria una “Hecatombe”.

Los pesos pesados del partido son concientes de la situación y por eso no se arriesgan. Prefieren seguir poniéndole sus centavitos al caballo más fuerte; así no sea de ellos. Les parece más seguro que exponerse a un posible ridículo, que resulte de intentar infructuosamente venderles a los votantes un candidato propio que acabe vapuleado en primera vuelta. No se equivocan; ese seria el más seguro resultado. Por eso su mejor opción es la candidatura del Presidente. De no aprobarse la segunda reelección, los vacíos del partido quedaran en evidencia el año entrante.

El desajuste político generado por la perpetuación en el poder del Presidente de la Republica ha perjudicado a los partidos. Me parece a mí que sobretodo a aquellos cercanos al gobierno. Así ellos mientras tanto sigan “Barriga llena, corazón contento”.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Voluntad de mayorías no ha de ser omnipotente


De eso precisamente se trata la democracia. Aun cuando las históricas limitaciones de nuestro liderazgo político continúen pretendiendo convencernos de lo contrario.

Que los promotores del referendo reeleccionista defiendan su propuesta apoyándose en la voluntad de las mayorías es muestra de su cinismo; que no hayan encontrado un mejor argumento es prueba de su ignorancia. Si, de su desconocimiento del real significado del concepto democrático. Una incompetencia que quisiéramos asumir como honesta y no como sesgo calculado.

Hemos vendido la democracia como el gobierno de las mayorías; reduciéndola así a una simpleza corroncha que agrede los principios fundamentales de una filosofías de gobierno incluyente, que en cuyo seno yacen ideas que defienden precisamente lo contrario. Las mayorías no necesitan democracia para gobernar, su condición de superioridad las capacita para hacerlo a placer. Son las minorías el objetivo del concepto democrático. En ellas reside la responsabilidad de aceptar resultados y respetar el orden; pero también para ellas esta diseñado el sistema de obligaciones y limitaciones que la democracia impone a las mayorías. En resumen podríamos decir que la democracia es una gran garantía de existencia, respeto y participación de las minorías.

En estados más desarrollados y eficientes que el nuestro podemos ver ejemplos de cómo en aras de sostener un sistema democrático, en ocasiones se sacrifica la voluntad popular. En Estados Unidos, por ejemplo, podemos identificar las reformas de derechos civiles que permitieron a las personas de raza negra ejercer sus facultades de ciudadanía plenamente; esto se hizo en medio de un gran rechazo colectivo, impulsado por un racismo radical entre la raza blanca. El resultado fue un desarrollo democrático que permitió la elección de Barack Obama décadas después. En muchos de los países europeos, existen los partidos comunistas, que operan libremente y amparados por el orden democrático y constitucional. A pesar de que la mayoría de la población rechace el comunismo, nadie los ha exterminado, como si ocurrió por ejemplo con la Unión Patriótica. En algunos países del viejo continente subsisten incluso partidos descendientes del Nazismo.

En Colombia en cambio se nos vende la idea de “estado de opinión”, un juego de palabras, otro mas, que desconoce los peligros que implica la tesis que defiende. Bajo el principio de “estado de opinión”, por ejemplo, ningún congresista tendría salario, ni primas, ni compensación económica alguna. Guiados por el gran desprestigio del congreso, bajo el principio de “estado de opinión”, a lo mejor todos los congresistas irían inmediatamente a la cárcel sin respetárseles la presunción de inocencia. Pero nada de esto sucede. No ocurre porque el sistema democrático, descrito y detallado en la constitución de la republica, impide que el “estado de opinión” atropelle a un grupo selecto de la sociedad sin antes acudir a unos mecanismos de verificación y acción previamente establecidos.

Por eso la discusión que el gobierno y sus defensores han impuesto sobre la sociedad colombiana, no es sobre los aciertos o desaciertos de la gestión del Presidente Álvaro Uribe. Tampoco sobre si 4 millones de compatriotas firmaron o no la solicitud de convocatoria al referendo para extender, una vez más, el mandato del primer magistrado. El debate que se debe plantear es sobre la esencia de nuestra nación. Sobre el tipo de sociedad que hemos heredado, que estamos construyendo y que pretendemos heredar a las generaciones futuras. La discusión aquí es sobre principios básicos de convivencia.

En 1819, las tropas del libertador derrotaron y expulsaron finalmente al imperio español, con el objetivo de crear una republica libre y soberana para todos sus habitantes. El pisoteo que le dan a la constitución los promotores del referendo, con gobierno a la cabeza, pisotea a su vez la lucha, el esfuerzo y la dignidad obtenida para todos nosotros por el ejercito de Bolívar, quien a pesar estar en la absoluta capacidad y quizás siendo el único cercano a merecerlo, no se adueño del país ni se proclamo como su rey salvador. El dio un paso a un lado. Que gran ejemplo de estadismo y liderazgo transgeneracional.

Pienso que posiblemente lo único que amerite cambio en la carta magna, sea precisamente el endurecimiento de los requisitos para hacer reformas constitucionales.

martes, 7 de julio de 2009

Lo Malo y lo Peor de la Crisis de Honduras

Vientos reeleccionistas ponen a prueba la solidez institucional del continente. Muchos no los sobrevivirán. Ya callo el primero.

Mala, muy mala noticia para America latina es la ruptura institucional en Honduras. Por muchas razones: por los daños inmediatos, por los efectos a futuro y por que además ha dejado en evidencia la inoperancia de los organismos multilaterales supuestos a defender el mandato democrático continental. Así bien, esto que empezó hace muy poco, tiene todo el potencial para que su impacto se sienta en la región por años, cuidado décadas.

Culpables allá son muchos. Lo es Zelaya, quien fue el primero en violentar el orden al intentar forzar militarmente un referendo. El, aun siendo reinstaurado como Presidente, debería ser enjuiciado y quizás encarcelado por abuso de poder y desconocimiento del proceder jurídico. Lo son también el actual presidente Roberto Micheletti, el comandante del ejército, Romeo Vásquez y los miembros de la corte, que entre todos dieron un golpe de estado, secuestraron al Presidente de la republica y lo despatriaron a Costa Rica. Ellos deberían ser igualmente juzgados por sus crímenes.

Pues todos son culpables y en realidad la única forma de medio solucionar este embrollo, seria judicializar y encarcelar a los involucrados. Que son todos, por eso será imposible, por que aquí han fallado, las tres ramas del estado y para redondear, también los militares; Quien podría tirar la primera piedra? En resumen, quedo en evidencia que Honduras no era más que un estado de papel, que se ha desmoronado al sentir las fuertes brisas reeleccionistas que soplan por el continente.

Eso fue lo malo, lo peor es lo que podría ocurrir a futuro en el país centro americano y en el resto del hemisferio; encima de los disturbios que ahora observamos, y que podrían derivar en un derramamiento de sangre indescriptible. A mediano y largo plazo, se ha sentado un precedente muy negativo.

En libro titulado “El billón de abajo”, el economista británico Paul Collier describe las razones por las cuales los países más pobres nunca salen del atolladero, y las denomina “trampas” contra el desarrollo. Una de esas trampas es el golpe de estado. Dice Collier que un país donde ha ocurrido un golpe de estado tiene una probabilidad substancialmente superior de que otros tengan lugar en el corto y mediano plazo. Y del mismo modo, aunque en menor porcentaje, existe una tendencia a que naciones vecinas o del área los sufran. Mas aun cuando el golpe de estado es no solo exitoso, sino además impune. La caída de la democracia Hondureña puede ser fácilmente la primera de varias otras que estaremos viendo en tiempos próximos. En Honduras o en otros rincones de America Latina.

Y encima de todo la OEA. Impotente una vez más para defender la democracia continental. La insignificancia de ese organismo evoluciona de lo evidente a lo escandaloso. Pesar produjo el señor Insulza, quien sin éxito pretendió exigir a la actual dirección hondureña la entrega del poder. No tenía el director de la OEA mecanismos de coacción sustanciales como para convencer al gobierno de Micheletti.

Los problemas de la OEA son varios. Primero, que no esta soportada en un acuerdo económico sólido, como aquel que dio origen a la unión europea, luego las sanciones económicas son muy limitadas. Segundo, que tampoco posee, como respaldo, un acuerdo bélico que incluya la intervención militar como mecanismo de garantía. Tercero, que de ella hace parte Estados Unidos; cuyo poderío, tanto económico como militar, genera un inmenso desbalance que hace imposibles los dos primeros puntos.
Pues entonces, como dijimos al principio, es muy mala noticia para America Latina lo sucedido en Honduras. Por todo la malo que ya ha ocurrido, y lo peor que aun podría estar por venir.

viernes, 3 de abril de 2009

Acuerdo Sobre Lo Fundamental

Personificación de ideas y planteamientos políticos esta desmembrando el poco orden político que alguna vez acá existió.

Avanza el calendario con esa rapidez que siempre le atribuimos a los tiempos recientes, y con el se desparrama el orden político de este país, que nunca ha sido el mas organizado, pero que antes al menos se lograba entender. Las aspiraciones del Presidente son un gran condicional tanto en huestes gobiernistas como en la oposición. Nadie tiene duda alguna sobre la superación del tema legal, eso será tema superado en unos meses. Ni una supuesta colaboración de DMG frenara el referendo; si llegase a comprobarse, seguramente se encontrara a quien culpar y la imagen del presidente seguirá intacta; es lo que siempre se ha hecho y vamos ya en el 7 año de furor. En Colombia los errores no ocurren por culpa de Uribe sino a pesar de el.

Mientras tanto, el culto a la personalidad se toma el país político. Los partidos cada vez son más débiles. Existen al menos 10 candidatos presidenciales: Juan Manuel Santos, German Vargas, Andrés Arias, Martha Lucia Ramírez, Noemí Sanin, Fernando Araujo; van 6 y aun no hemos salido del gobierno, y no estamos contando a Uribe. Seguimos: Luis Garzón, Gustavo Petro, Piedad Córdoba, Alfonso Gómez, Rafael Pardo, Rodrigo Rivera, Sergio Fajardo; siete mas y los que se me escapan. Entre ellos, hay de todo, de todos los partidos tendencias y afiliaciones.

Están los que no tiene partidos y se lanzan como independientes, los que tienen partido, los que pertenecen a partidos que integran coaliciones. Los que intentan dar triple saltos mortales, como Rivera que quiere hacer los mismo que hizo Santos hace ya unos años. Pero ninguno representa nada que no este escrito en su cedula.

Todo este tumulto de candidatos y precandidatos no es muestra del pluralismo ni de diversidad de la política colombiana como se podría pensar. Es producto de las destrucción de las instituciones y del ordenamiento político que se ha causado, primero por el deterioro de los partidos tradicionales, o mas bien de sus integrantes porque es la gente la que se deteriora, y segundo por el ejemplo del Presidente y la vasta campaña de publicidad que en torno a el se ha hecho. Es por eso que Uribe mismo se ve forzado a seguir, porque la continuidad de su proceso se limita a la suya propia.

El culto a la personalidad se tomo el país, la inhabilidad de hacer acuerdos y compromisos, de agruparse, de dialogar queda en evidencia cuando el propio Petro se sale del Polo.

Muy a pesar de la demonizacion de los partidos políticos, son ellos no solo convenientes sino además indispensables para el desarrollo sostenible de un pueblo. Solo a través de los partidos se garantizan dos aspectos imprescindibles de la política: la continuidad y la moderación. La necesidad de alcanzar compromisos obliga a que los planteamientos se alejen de los extremos, y el mutuo acuerdo garantiza la continuidad de las ideas en el tiempo, más allá de los hombres.

La democracia nacional esta desarrollando una tendencia a votar por personas y no por propuestas. La docena de aspirantes a la presidencia así lo comprueba. Con el escenario actual, dicha disposición amenaza con prolongarse mucho mas allá de Álvaro Uribe; quien con un tercer periodo, y un nuevo cambio constitucional en favor de un ciudadano, le dará un golpe mas a las colectividades y fortalecerá la microempresa política.

Colombia no debería tener más de 3 o 4 aspirantes a presidente. Entre la docena que hoy tenemos, quienes mas le convendrán a la nación serán aquellos capaces de agruparse y alcanzar compromisos superando diferencias menores. En la política como en todos los aspectos de la vida, todos tenemos ideas y puntos de vista; no se trata de abandonarlos, lo indispensable para poder progresar es lograr acuerdos sobre lo fundamental con quienes nos rodean. Esos a día de hoy no se ven.

domingo, 29 de marzo de 2009

Coherencia como Principio Legal

Que algo que es ilegal vender sea legal comprar, es, más allá de bueno o malo, una gran incoherencia en el análisis global de las normas de convivencia.

Curiosa es la vida que nos ha traído dos situaciones similares, en tiempos cercanos, aunque de orígenes absolutamente disímiles; o quizás no tanto. En una mano, el caso de la “Yidispolitica”, donde la ex-congresista Medina es culpable de vender algo que aparentemente nadie le compro. Eso es lo que se entiende del juicio del procurador. ¿Como es esto posible? tendrá el que en su sabiduría explicarlo. Una venta sin comprador. Cosas que ocurren en nuestro devenir político, en el cual la lógica no es siempre un requisito.

En la otra mano tenemos el renovado debate sobre la dosis personal de droga. Discusión que se origina en el inconformismo general sobre la política antidroga, que sea apropiada o no, es la que tenemos y a menos que decidamos cambiarla, debemos darle el mayor soporte posible. El consumo de drogas, en general, no puede ser legal porque no es legal su producción, distribución y venta. Es asunto de lógica básica. Al igual que el caso de Yidis, lo que no se puede vender tampoco se debe poder comprar. La droga debe ser o legal o ilegal. Si es legal, debe ser legal su venta y compra. Si es ilegal, igualmente debe ser penalizada su venta y compra.

Tocamos el tema entonces de la penalización; y muchos opinan que lo procedente es que sea ilegal pero no penalizada. Y yo me pregunto, ¿Como funcionaria esto? La ley debe estar siempre sustentada por la reprimenda de su infracción, de otra forma no es ley sino sugerencia. Si la droga es ilegal, su consumo debe estar penalizado, el tipo de pena es discutible; puede variar desde el encarcelamiento o la multa económica, hasta las horas de servicio comunitario. La propuesta del gobierno en torno a la hospitalización del consumidor es una simple ocurrencia desafortunada. Un planteamiento pobre al que nadie le dio el mínimo análisis.

El tema de la hospitalización, al igual que el tema de la despenalización, se origina en un benévolo juicio en el que al consumidor de drogas se le toma como un enfermo, victima de unas circunstancias más allá de su control. Y de hecho pueden llegar a serlo, más solo cuando se ha alcanzado el punto de la adicción. Antes de llegar a ese estado, son simples usuarios de un producto cuya producción y distribución financia muerte en nuestro país todos los días. Clamar su inocencia es un facilismo, toda vez que su incursión en el consumo se debe a razones de mero entretenimiento. El consumidor de drogas tiene una responsabilidad social. Colombia mas que cualquier otro país esta en la obligación de proclamarla.

Si, es cierto que esa muerte que menciono es causada por la misma ilegalidad, pero entonces el tema es legalizar las drogas en su totalidad. Esa es la discusión que nadie parece abordar. Mucho menos el gobierno que en muchos temas críticos de la vida nacional, carece de autonomía para decidir o al menos para discutir.

Castigar vendedores sin reprender compradores es como encarcelar a la prostituta y dejar impune a quien con su dinero patrocina su ocupación. Darle el carácter de enfermo mental al consumidor de droga es un alegato que podrían presentar personas culpables de actos graves; como la cleptomanía, la pedofilia, o hasta el terrorismo religioso. Todos estos son comportamientos que independiente de su atrocidad, muchos siquiatras consideran patológicos; pero que sin embargo, gracias a dios, aún son punibles por la ley.
La guerra contra las drogas es un gran fracaso, eso empieza a reconocerse incluso en el gobierno americano. Quizás un tratamiento similar al que se le da al tabaco y el alcohol seria más exitoso y menos costoso en dinero y en sangre. Pero ese es tema de otro artículo; el caso ahora es que mientras la distribución de estupefacientes sea ilegal, lo tiene que ser también su uso. Y si es ilegal debe ser sancionado. Es un asunto de lógica y de coherencia.

miércoles, 7 de enero de 2009

El Fin de los Intermediarios

El comercio por Internet acabara a todos quienes no se le adapten. Es el presente, que ya ni siquiera el futuro.

En 1927 escribía el pensador norteamericano John Dewey que la prensa era el soporte de la democracia, toda vez que las comunicaciones han permitido al ciudadano difundir ideas, informarse, agruparse y en últimas: participar. Actividades que sin la masificación de la información serian muy complicadas. Los medios de comunicación revolucionaron y encogieron al mundo, y así otorgaron al acontecer mundial el interés característico de lo próximo.

Hoy, siglos después de la aparición de la prensa, la sociedad se enfrenta a otra revolución en las comunicaciones y las formas de interactuar entre los seres humanos: El Internet. El “World Wide Web”, diseñado como medio de interacción entre científicos del centro europeo de investigaciones nucleares, se difundió de tal forma que hoy día no hay rincón del planeta desconectado. El mundo pasó de la proximidad a la inmediatez. De esa forma todos nos enteramos de la muerte de Michael Jackson a pocos minutos de su fallecimiento. Es así como todos hemos sido espectadores de las protestas en Irán, muy a pesar del fallido esfuerzo oficial de contener la información; en este caso trasmitida por personas corrientes, no suscritas a ningún medio de prensa, ciudadanos comunes, como usted o como yo. He allí un cambio fundamental que ha generado el Internet: ha acabado con los intermediarios. Al menos con los convencionales.

De un revolcón cultural tan enorme no se escapa ningún ámbito de la vida cotidiana; mucho menos el comercio. A pesar de que en Colombia el comercio electrónico apenas despega, pronto alcanzara los niveles de otros sitios. En el mundo desarrollado se negocian de forma electrónica todo tipo de artículos; desde discos musicales, hasta vehículos, pasando por seguros de vida, pasajes aéreos, arreglos florales, muebles y cualquier otra cosa vendible. Y es solo el principio.

El Internet acabara, o transformara, absolutamente todos los intermediarios. En la medida en que las nuevas generaciones remplacen a las anteriores, cada vez menos transacciones se realizaran mediante facilitadores. Menos cajeros en los bancos, menos vendedores en los almacenes; incluso menos burócratas, puesto que muchos papeleos se realizaran también frente a una pantalla.

Medios de comunicación impresos, servicios de correo, tiendas de música, almacenes de todo tipo tendrán que adaptarse o cerrar. Es el presente y el futuro del mundo. De el no escapara nadie; incluidas las agencias de viajes. Es por ello que su lucha contra las ventas electrónicas de pasajes aéreos es tonta. Pretende escaparle a la realidad. Las agencias tendrán que encontrar una forma de existir en el mundo del Internet o resignarse a desaparecer.

El sobrecargo administrativo a los tiquetes electrónicos solo hará mas larga y dolorosa la caída, para las agencias y para el país, que de aceptar dicho cargo estaría creando un subsidio a la ineficiencia. No de otra forma se entiende esa figura. Encarecer un producto para que alguien que no esta en capacidad de competir lo haga. Muchas otras industrias podrían reclamarle al gobierno ayudas semejantes. En unas pocas décadas estaría el fisco público financiando la existencia a una cantidad de negocios obsoletos e inviables.

En otras latitudes las agencias, y todas las otras industrias, han mutado y se han adaptado al nuevo escenario comercial. Es el caso de los portales Expedia y Travelocity, que no son otra cosa que agencias de viajes del ciberespacio. A través de ellas se puede no solo comprar boletos de avión sino hacer reservas hoteleras, planear actividades, rentar carros y todo lo que haga falta para ir de vacaciones.

El transito a la modernidad es obligatorio para el ser humano. Depende de cada quien el hacerlo voluntariamente y evolucionar, u oponerse y acabar haciéndolo por la fuerza y de manera traumática.

Napa: La deferencia entre las democracias desarrolladas y aquellos que no lo son tanto consiste en que mientras unas protegen el sistema, las otras siguen apostándole a las individualidades.