viernes, 24 de octubre de 2008

Certeza En La Incertidumbre


A día de hoy no logro entender si el comportamiento del Presidente respecto a la reelección es egoísta o miope.

Son esas las dos características que originan el deseo de perpetuarse en el poder. La segunda, quizás mas noble que la primera, aunque de iguales consecuencias ambas. Egoísmo en la medida en que se procura el control absoluto del poder para beneficio propio; aferrarse al poder como medidas de satisfacción de añoranzas personales, cualquiera que ellas sean. Una derrota dulce ante las tentaciones del ego. Y miope, por convencerse, y querer convencer al prójimo, de que el liderazgo propio es la única vía hacia la luz. Lógica absurda que llega incluso a ignorar el carácter mortal del ser humano.

Llámese Álvaro Uribe, Hugo Chávez o Eduardo Plata, el ser humano no tiene más alternativa que morirse algún día. Pretender ser el eterno conductor de un país y bloquear los recambios generacionales es ignorar que son las ideas las que le sobreviven al ser humano, y que únicamente en manos de otras personas, pueden estar tener continuidad en el tiempo.

Apartando la discusión constitucional, y los efectos que sobre el esquema democrático tiene la continua modificación de la carta magna, la actitud del Presidente y su coqueteo a la extensión de su mandato, causan grandes daños a Colombia, a sus sistema político y a las políticas y logros del mismo Álvaro Uribe.

El individualismo y el protagonismo del Presidente le han llevado a rodearse de seguidores mansos que evitan cualquier tipo de discrepancia con su jefe. “Mente superior” han osado llamarle algunos de ellos. El culto a la personalidad de Uribe que se hace al interior del uribismo, origina una conclusión rotunda, posiblemente la única certeza que puede haber en esta incertidumbre reinante: entre los miembros de la coalición no existen personajes con el carácter suficiente para ser Presidente de la Republica. En contraste a ese dicho que habla de “mucho cacique y poco indio”; allí no hay sino un solo cacique, los demás son todos indios. Todos obedientes y agachados. Ninguno dotado con la virtud de la iniciativa propia. Todos dispuestos a cederle el camino a Uribe si este decide optar por seguir. Todos carentes de ideas distintas a las del Presidente.

La ruina de la seguridad democrática no esta en los partidos de oposición, yace en la coalición de gobierno y su pobreza de espíritu y sabiduría. Nadie puede esperar que un país como el nuestro pueda ser gobernado eficazmente por quien no posee más pensamiento que aquel que le han impuesto.

Acaso por eso Uribe titubea tanto para soltar el poder. Teme de la fortuna de sus políticas y la suya propia, al ver al país en manos de uno de sus indios. Tal vez por eso se perpetúa en el poder y trata de estirar su gobierno lo más posible. A lo mejor esperando que la muerte lo agarre en palacio, durante su enésima reelección.

Peor que tener un presidente autoritario y con poco aprecio por la constitución es tener uno que sea un pelele y que tampoco respete la dignidad constitucional. Álvaro Uribe dice que optara por una nueva reelección ante la eventualidad de que del uribismo no salga un candidato de coalición. Ante la preocupación de que ese candidato al fin aparezca y llegase a ser Presidente, yo prefiero que Uribe se siga lanzando indefinidamente a la presidencia. A lo mejor en 2030 me lanzo yo y rompo el círculo atravesándomele a la séptima reelección.

Ñapa: Desplante de Al Gore al Presidente, y declaración de Obama sobre Colombia en debate presidencial, son pequeñas pistas de la preocupante opinión que se tiene del gobierno colombiano al interior del partido demócrata de Estados Unidos.

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