sábado, 3 de marzo de 2007

Playas y Violencia

Para nadie es un secreto que los problemas de seguridad de la Nación han dado al traste, también, con la industria turística nacional. Existe en el público internacional la idea de que viajar a conocer Colombia es asumir un riesgo innecesario. Allá creen que acá las bombas no dejan de caer. Nada más alejado de la verdad, pero de nada sirve que lo sepamos sólo los de acá. Lo importante es que allá también lo sepan.

Desgraciadamente las noticias tampoco ayudan. Hace un par de semanas fue asesinada una turista en Cartagena. ¿Cómo sucede esto en nuestra ciudad turística por excelencia? Se pregunta uno. ¿Cómo no se ha blindado del crimen la que debe ser la punta de lanza de cualquier estrategia turística nacional? No se sabe, pero sucede. Y cada vez que sucede, el mundo entero se entera. Y con ello afianzan sus teorías.

¿Para que ir a Colombia, si se puede ir a tantos otros lugares en donde no matan a la gente? Dirán. No los culpo. Yo también guardo muchas reservas sobre visitar uno que otro país con complicaciones similares a las nuestras. Como dicen por ahí, a veces uno no es lo que es, sino lo que parece.

Ante esa realidad, Colombia tiene que trabajar más duro. De alguna forma se debe lograr que los turistas vengan a este país. El aporte en empleos y divisas es demasiado importante como para continuar tratando el turismo con la desidia con la que se le ha tratado hasta ahora. No hay país desarrollado que no tenga en el sector turismo un gran aporte a la economía nacional. No hay nación en desarrollo que no use el turismo para catapultarse hacia el progreso. En China e India, por ejemplo, el turismo promedia un 9 por ciento del PIB de esas naciones.

Que China e India son destinos muy atractivos por su cultura, dirán algunos. Pues sí, al menos para nosotros. Para hindúes o chinos, que sumados son la mitad de la población mundial, su cultura es absolutamente común. Para ellos rara es Colombia. O Latinoamérica en general.

Lo que le hace falta a Colombia es mostrarse. Dar a probar un poquito. Como hacen las empresas cuando dan un mes de servicio gratis. O los restaurantes cuando ofrecen degustaciones. O las mujeres con la minifalda. Se trata de enredar tanto al cliente, hasta el punto en que las ganas puedan más que la razón. Dicen que es eso lo que hace el vicepresidente Santos, promocionar a Colombia. Pero el Vicepresidente dice tantas vainas que es trabajoso tomárselas en serio. Ya ven lo que ocurrió con el dichoso Mundial de 2014.

Hacen falta eventos como el carnavalito que se realizo la semana pasada en Miami. El sábado pasado, en la ciudad de Miami, se organizó con éxito una representación del carnaval de Barranquilla. El espectáculo contó con la participación de varios grupos folclóricos, incluyendo el garabato, las marimondas y los cumbiamberos. Yo que tuve la oportunidad de presenciarlo, me quedé asombrado al ver la reacción de los espectadores, que se maravillaban al ver venir el ‘Cumbión Quillero’; grupo que abría la presentación. Mujeres lindas, sabrosura, folclor, cultura, todo un ambiente embriagador; capaz, incluso, de sacarle más de un pase de baile a los fríos policías gringos.

Es la primera vez que se organiza este tipo de evento. Ojalá no sea la última. Colombia debe buscar escenarios como este para promocionarse a sí misma. Más de uno que vio el carnavalito quedó picado y seguramente el año entrante visitará La Arenosa para disfrutar el de verdad. Ojalá se pudieran realizar presentaciones como esta en muchas otras partes, y con muestras de muchas otras regiones del país.

Hacen falta más libros y guías colombianas de turismo, en los estantes de las librerías internacionales. Muchos documentales en el Travel Channel. Eventos de promoción. Mayor difusión de las fiestas que se realizan en el país. Y, obviamente, pues que no vuelvan a aparecer turistas muertos.

A día de hoy, el turismo representa cerca del 2,5 por ciento de la economía nacional. Cifra extremadamente baja. En Republica Dominicana, por ejemplo, el turismo representa el 10 por ciento del PIB. En Perú, para hablar de un país más cercano al nuestro, es el 6 por ciento y emplea a cerca del 10 por ciento de la población. Quizás ese 10 por ciento es el que le falta a Colombia para superar su crisis laboral.

En todo caso, hace falta mucho más que un Vicepresidente dando vueltas por el mundo, o que una campaña sin contenido alguno, como esa que dice ‘Colombia es pasión’, para convencer a la gente de que deje sus dólares o euros en Colombia. Y que, con ello, cree empleo en muchas regiones donde escasea. Impera que se de al turismo nacional, la relevancia que merece. No se puede pretender expandir la economía, dejando a un lado un sector que genera tanto trabajo y riqueza alrededor del mundo.

Ñapa: La designación de Fernando Araújo como Ministro de Exteriores, corrobora que la presidencia de Uribe Vélez es una gran campaña publicitaria. Uno esperaría más criterio para nombrar al responsable de un cargo tan importante.

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