martes, 3 de julio de 2007

Secuestro Colectivo

Creciente apoyo al intercambio humanitario luego de ejecución de diputados del Valle, otorga a las FARC el resultado buscado: Arrinconamiento del estado mediante el secuestro masivo de Colombia.

11 cadáveres sin heridos dan fe de ejecución. Trágico desenlace el que tuvo el plagio de los diputados del Valle. 5 años de agonía que culminan de manera ruin. Desde aquí enviamos nuestra solidaridad a las familias que hoy sufren por la ausencia de sus seres queridos. Deben ellos, junto con todas las demás victimas de la guerra colombiana, estar cada noche en las oraciones de los que, gracias a dios, aun no hemos salido en el periódico.

En estos momentos de duelo, es pertinente que la sociedad civil colombiana se de cuenta lo que aquí ha sucedido. El comportamiento de las FARC obedece a una estrategia de amedrentamiento colectivo, que busca lastimar la imagen del gobierno y achacarle responsabilidades en la muerte de los diputados. Han sido las FARC las que los han secuestrado. Han sido las FARC las que los han asesinado. Son las FARC, y únicamente las FARC, las que deben recibir la condena de la sociedad civil colombiana y de la comunidad internacional.

Se debe juntar filas en apoyo al gobierno nacional y movilizarse en favor de lo que representa la institucionalidad, la democracia y el estado de derecho en Colombia. No debemos, en respuesta al asesinato de los diputados, acorralar al gobierno y forzarlo a ceder ante la guerrilla. Este episodio debe servir para endurecer la posición de la sociedad respecto a los grupos al margen de la ley y exigirles a ellos la liberación unilateral e incondicional de todos los secuestrados bajo su custodia.

La comunidad internacional también le debe respaldo al gobierno nacional. Es lamentable, por ejemplo, el proceder del gobierno de Nicolás Sarkozy; que cada vez evidencia más su uso del drama de los secuestrados como método para obtener dividendos políticos en Francia. Pretender ser el bueno del paseo, sin tener en cuenta el pasado y el presente de Colombia, es una mojigatería impresentable.

Llevamos medio siglo de guerra sin resultado alguno. La única solución al conflicto será sometimiento a la justicia por parte de las FARC. Esto ocurrirá, al igual que en cualquier otra guerra, cuando las FARC pierdan toda esperanza de llegar al poder por las armas; y eso no sucederá mientras las guerrillas sigan obteniendo victorias militares o políticas. Ceder en tema de intercambio humanitario es conceder a las FARC una victoria política que alejara aun más cualquier perspectiva de paz en Colombia.

Por cuenta del intercambio humanitario, la guerrilla pretende propinarle al gobierno la derrota más grande de los últimos anos. Después de 5 años de seguridad democrática, hoy, igual que en tiempos de Andrés Pastrana, las FARC nuevamente han secuestrado a todo el país. Todo el terreno político que se le gano a las FARC se esta perdiendo.

La respuesta negativa de las FARC a la decisión presidencial de liberar unilateralmente a los guerrilleros, demuestra que el interés de las FARC en el intercambio humanitario no tiene relación alguna con la libertad de sus combatientes. Si ese fuera el caso podrían ellos haber precedido de igual manera y liberar a los secuestrados. Así el intercambio, uno que si habría sido humanitario únicamente, se habría consumado. Pero no. Ellos buscan con el intercambio una victoria política: el arrodillamiento del estado ante sus condiciones.

Lo que Colombia tiene en sus manos es un pulso entre la institucionalidad y el crimen. No solo discutimos sobre la vida y la libertad de las personas en cautiverio. Discutimos sobre la vida y la libertad de las que están libres. Discutimos un futuro estable en el que se pueda construir un país con la solidez requerida para lograr un desarrollo social sostenible.

Ya en una oportunidad manifesté mi rechazo al intercambio humanitario por ser un procedimiento que únicamente garantiza el secuestro de más colombianos en el futuro; y por no incluir la totalidad de los colombianos en poder de las guerrillas. Hoy, cuando las intenciones de las FARC se han hecho aun mas claras, vuelvo a rechazarlo. Todos queremos ver una Colombia libre de secuestros. Dando ánimos y haciendo concesiones a los criminales no lo lograremos nunca.

Eduardo Plata Yidios
platayidios@gmail.com

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