sábado, 8 de abril de 2006

El Equilibrio Del Juego Uribista

Cuando en el año 1950, John Nash publicó su disertación denominada: “Non-cooperative games” (juegos no-cooperativos), en la cual se planteaba y describía el concepto del equilibrio de Nash; estoy seguro que jamás paso por su cabeza que sus teorías, en principio desarrolladas como principios económicos, serian aprovechadas cincuenta años mas tarde por una coalición parlamentaria, en un país suramericano llamado Colombia.

En su disertación, el genio de la economía, ganador del premio Nóbel en el año 1994 por este mismo planteamiento, describe el equilibrio de Nash, como el punto en el cual ninguno de los individuos involucrados en una determinada situación puede mejorar sus resultados cambiando de posición, siempre y cuando los demás competidores no cambien las suyas. Esta teoría sirve para analizar situaciones en las que buscar el bien particular puede terminar siendo desventajoso ante la opción de buscar el bien común. Así entonces entre competidores, en la economía de mercados, es más beneficioso desarrollar acuerdos de manejo de mercado que atacarse mutuamente y acabar ambos en malas condiciones. Si dos o más competidores por ejemplo, en lugar de entrar en una guerra de precios que acabe por bajar el precio en el mercado de un determinado producto, acuerdan ofrecer el producto a un precio fijo, todos terminan beneficiados de un control absoluto dicho mercado.

Esta es la teoría que se ha utilizado para conformar el uribismo y el tira y afloje de la última semana lo ha puesto en evidencia. Luego que el senador German Vargas procurara infructíferamente alianzas con el Partido Liberal y con el Polo Democrático, quedo más que claro que lo que une a la coalición de gobierno es la conveniencia y no la ideología. Dice el Senador Vargas que su actitud fue una respuesta a un intento de sacarlo de la coalición por parte de fuerzas cercanas a la casa de Nariño. En cualquier caso, la actitud del gobierno, y la del senador Vargas, responden a lo mismo. Conveniencia y cálculo.

El Partido de la U, Cambio Radical, el Partido Conservador, Alas Equipo Colombia y Colombia Democrática, entendieron que muy a pesar de sus diferencias, les convenía mucho mas una alianza grupal que debatir entre ellos. Mediante la primera alcanzan la mayoría del congreso, lo que les permite repartirse entre ellos todo el poder del legislativo. Procurando cada uno prevalecer sobre los demás por vías unilaterales, habría provocado no solo el debilitamiento de todos ellos, si no además el fortalecimiento de la oposición.

Es así como se formo la bancada uribista, como una alianza de conveniencias con el ánimo de acaparar de manera absoluta todo el poder y la influencia del congreso en Colombia. Una alianza en la que la ideología no tiene lugar, pero que es, sin lugar a dudas, muy positiva para todos los partidos uribistas; quienes lograron asegurarse a través de ella un pedazo de la torta.

Sin embargo, a la alianza le faltaba algo para lograr su perfección, alcanzar el equilibrio de Nash, el escenario en el que un cambio de posición de parte de cualquiera de los miembros solo le traería perjuicios. Ese equilibrio fue alcanzado esta semana.

Con la salida de Cambio Radical de la coalición de gobierno, la situación de los demás jugadores del uribismo desmejoraba notablemente. Sus mayorías en el parlamento colombiano se acababan. Fue entonces cuando el gobierno se dio cuenta que su juego estaba imperfecto y para solucionar dicha situación decidió echar mano de Convergencia Ciudadana. Los personajes que el mismo urbismo, en tiempos de elecciones, expulso con toda la pompa y la publicidad con la intención de mostrarle al público como en la coalición de gobierno no había cupo para personajes presuntamente vinculados con el paramilitarismo o con la mafia.

La inclusión de estos personajes en la bancada de gobierno, luego de haber sido alienados de la misma en tiempos de elecciones, constituye una estafa en la buena fe del votante y una nueva afrenta a la dignidad y la integridad de la democracia colombiana.

En todo caso, Convergencia Ciudadana le da al uribismo lo que estaba buscando, el equilibrio de Nash. El escenario en el que nadie esta mejor afuera del uribismo que dentro de el. Por eso German Vargas desistió en sus aspiraciones de hacer alianzas diferentes. En este momento, el uribismo es una aplanadora política. Unido por la ideología o por la conveniencia o por lo que sea, no habrá nada que se les escape. La bancada del gobierno es omnipotente y el presidente lo es también a través de ella. Cualquiera que decida salirse de la coalición será destruido por la misma.

Creo que esta demás señalar lo perjudicial que es para una democracia una situación como la que se nos plantea a los colombianos. Más aun cuando estas mayorías tan abrumadoras no tienen nada que ver con la política ni la ideología y si mucho con amañamientos que tienen como único objetivo la conveniencia particular de los ciudadanos que las integran. Y que además no tienen reparos en los antecedentes de sus miembros siempre y cuando tengan algo que aportar.

Gracias a la aplicación de los conceptos producidos por la mente genial de John Nash, Colombia se enfrenta ahora a tiempos difíciles para su democracia. No creo que esta sea la aplicación que el pretendía para sus teorías.

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