martes, 11 de diciembre de 2007

Libertades Ilimitadas


El Castigo impuesto por un tribunal de Bogota a la conocida periodista Graciela Torres, marca un avance en lo que se refiere a desarrollo y comprensión de las libertades del ser humano. Con su determinación, el juez ha dado un golpe certero al gran enemigo de la libertad: el uso irresponsable de la misma.

No puede haber ley que admita la publicación de un video íntimo sin el previo consentimiento de las partes participantes. Lo que se hizo con la actriz Luly Bosa fue una agresión directa, que sirve únicamente a dos propósitos: lastimar emocionalmente a la perjudicada y, por ahí de paso, envilecer el ejercicio del periodismo. No es admisible ampararse en la libertad de prensa para violar la intimidad de un ciudadano de esa forma; prestándose además para los fines sucios y quien sabe si extorsivos de quien facilito el video.

Los interrogantes en torno a la violación del derecho al trabajo de la señora Torres, tienen su causa, no en la prohibición a ejercer el oficio de periodismo, mas si en una benevolencia de la sanción, que no incluyo un encarcelamiento. Al analizar el estatus de la “Negra Candela”, debe tenerse en cuenta que es una persona cumpliendo una pena judicial, no un ciudadano en pleno uso de sus facultades constitucionales. Si su supervivencia esta en riesgo, la solución lógica seria recluirla en un centro de detención, en donde sus necesidades básicas serian satisfechas durante el tiempo en que cumple su condena.

Del mal uso de las libertades surgen los cuestionamientos sobre la conveniencia de las mismas. Mucho perjuicio genera aquel que confunde la libertad con una licencia para agredir o para discriminar. Como parece ocurrir con el director de la revista SOHO. Después de haber utilizado sus derechos constitucionales para remplazar a cristo por una modelo mostrando las tetas, publicación que aunque legal, es inmensa e innecesariamente ofensiva, el director de SOHO ha procedido a abrirle las páginas de su revista a la discriminación y al encarnizamiento étnico.

Todo parece ser parte de ese todo por la plata que ha destruido nuestra sociedad. De ese periodismo ramplón que decide hacer plata mostrando tetas, se ha pasado a dejar que cualquiera use la revista para atacar a sus semejantes; empleando cualquier clase de oprobios y comentarios descalificadores que mucho daño hacen, pues la discriminación tiene la facultad de ser evolutiva. Un día se ofende a la población costeña como ocurre en el artículo, otro día se pasa a la discriminación por cualquier otra razón y luego llegan la radicalización y la intolerancia.

Para ejemplo esta la sociedad europea, donde los antisociales se envalentonan para realizar actos como los vistos recientemente en ese bus español; donde una ecuatoriana fue golpeada miserablemente por un desadaptado. Ese es el tipo de comportamientos que fomentan publicaciones como la de SOHO. Y luego se amparan en la liberta de prensa, la libertad de expresión, desconociendo que su accionar solo logra poner bajo sospecha esos derechos constitucionales del ciudadano que tantos siglos de lucha le han costado a la sociedad moderna.

Es inevitable que haya por ahí personajes con rencores y desprecios contra algún conglomerado social en particular. Pero es una enorme falta de criterio abrirles las puertas de los medios de comunicación para que le den rienda suelta a sus odios. Uno esperaría más de la dirección de una revista de circulación nacional. Para aclarar la generalización que se hace en el mencionado artículo quiero señalar lo siguiente: en la costa llamamos corroncho a la persona atrevida, irrespetuosa y maleducada. Entonces yo me pregunto, entre el señor Daniel Samper Ospina y yo, el cachaco y yo costeño, ¿Quien de los dos será el corroncho?

La condena a la señora Graciela Torres no va en contra de ninguna libertad. Todo lo contrario. Va en favor de todas ellas. Las protege de aquellos que las corrompen con el propósito de ganarse una plata.

Artículo publicado en SOHO: http://www.soho.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=6504

Eduardo Plata Yidios
http://www.eduardoplata.blogspot.com/

lunes, 19 de noviembre de 2007

Somos Un País Mamagallista


Estrategia de las FARC se cumple a cabalidad con esto de las reuniones sostenidas a propósito del intercambio humanitario.

Conclusión de las FARC en este proceso que se lleva en Venezuela debe ser, indudablemente, que el secuestro de ciudadanos colombianos si paga. Paga tarde o temprano. A esa organización le ha sido muy conveniente privar de la libertad a tantos colombianos. Muchos de ellos por muchos años. Creo incluso que el resultado ha superado las expectativas. La jugada les salio mejor de lo pensado. Seguramente tomaran notas y la emplearan nuevamente.

No soy yo partidario de este supuesto acuerdo humanitario que se lleva acabo con la guerrilla. No lo soy porque me parece discriminatoria la clasificación entre secuestrados canjeables y no canjeables. ¿Acaso no son todos ciudadanos colombianos?, ¿Es que acaso no son todos secuestrados políticos, toda vez que han sido las condiciones políticas la que han gestionado el crimen que se ha cometido en su contra? Tampoco me parece positivo que se hagan acuerdos en la ilegalidad, que el intercambio no se enmarque en una negociación de sometimiento a la justicia y de cese de hostilidades.

Pero bueno, no hablaremos de mi opinión frente a este tema puesto que los acercamientos ya están en marcha. Quiero referirme al acontecer cotidiano de los mismos, porque me parece que aun peor que el hecho de hacer acuerdos indebidos, es utilizarlos para obtener fines distintos y que el supuesto compromiso de liberar secuestrados se convierta en un asunto secundario. Es lo que creo que ocurre.

Estas conversaciones para llegar a un acuerdo humanitario no me parecen serias. Me da la impresión de que las usan, todos sus protagonistas, para obtener dividendos de imagen. Lo hace, antes que todos, Hugo Chávez, a quien lo único que le importa es su imagen; por eso esta siempre presto a apuntarse en cualquier circo; o en su defecto a montarlo el, como ocurrió en la cumbre iberoamericana.

Lo hacen las FARC, que deben estar reviviendo sus felices épocas caguanescas. Ya se habla incluso de reuniones entre Tirofijo y Chávez. Un delincuente en papel de jefe de estado. Seria ese el momento mas importante de la carrera delincuencial de Marulanda. Y por ultimo lo usa Piedad Córdoba, que se presta para el show, se pone las boinas, recibe flores, y muchas sonrisitas que van y vienen. No parecería ser ese el escenario en que se negocia con un grupo armado ilegal. No luce serio pensar que la paz de Colombia se obtendrá a partir del lamboneo (Largartería, en cachaco). Todo es una mamadera de gallo. Siempre he creído que ante una intención seria de alcanzar un acuerdo, este se lograría en una sola sentada, con la participación absoluta de las partes. Esta paseadera, este infinito de reuniones y fotos y declaraciones y entrevistas me parecerán siempre un vacilon.

Pienso en como terminara todo esto y creo que en el mejor de los casos, cuando ya los protagonistas hayan azotado pantalla hasta el cansancio, acordaran una liberación para justificarse y no salir mal librados. Liberaran posiblemente a 15 o 20 personas. Porque las FARC necesitan el argumento de que la liberación total no fue posible debido a la posición inflexible del estado. Así el gobierno, nuevamente, quedara como el malo del paseo.

Las FARC le maman gallo a Colombia una vez mas. Lo hacen porque saben que el gobierno también es mamagallista y también le mama gallo al país; y porque otros grupos armados también maman gallo. Como el ELN en sus paseos a La Habana. Quizás los únicos que no mamaron gallo fueron los paramilitares. Ellos si sometieron al gobierno de frente y sin vacilar, para luego entonces mamarle gallo a la justicia. Pero bueno, a nadie debe extrañar todo esto, pues si hay algo que nos caracteriza como pueblo es que somos mamagallistas.
En fin. Igual acá estamos estrenando reina y eso, si lo medimos en minutos de noticiero, es lo verdaderamente importante y serio.

jueves, 25 de octubre de 2007

Carta A Alejandro Char


Sr. Alejandro Char Chaljub
Barranquilla
Colombia


Estimado Señor:

Me dirijo a usted ante la inminencia de su elección como nuevo alcalde del distrito de Barranquilla. A menos que algo inesperado ocurra, será electo, o fue electo, dependiendo de la fecha de publicación de este escrito, y llegara a la alcaldía con un patrimonio electoral más que sólido. Un mandato popular de magnitud suficiente para atreverse a enfrentar tantos problemas que atraviesa la ciudad. Algunos con origen en las circunstancias históricas que atraviesa la nación, pero la mayoría consecuencia de décadas de administraciones locales frívolas, incompetentes y sinvergüenzas.

Llega usted con los pergaminos que le confieren su éxito empresarial y su paso positivo, aunque fugaz, por la gobernación del Atlántico. Que sean ellos la base de una gestión responsable y progresista. Sepa llevar su habilidad gerencial al campo público y tenga la capacidad de poner orden en las marchitadas finanzas del distrito.

Utilice ese gran caudal electoral para enfrentar con mano firme a los enemigos de Barraquilla. De uso de la confianza que los votantes han depositado en usted para acabar con las corruptelas que han destrozado lo que en algún momento fue una ciudad pujante. No se deje envolver en alianzas con personajes turbios. Sacúdase de aquellos que históricamente han saqueado las arcas costeñas, estafado la democracia y manipulado a la población para beneficio propio. Usted no los necesita; si las encuestas aciertan, más del 50% de Barranquilla le apoya.

No siga los pasos de la vida política de su padre. El, gran empresario, al igual que usted, fue muy mal político. Su legado para su ciudad y su departamento es, en el mejor de los casos, irrelevante. Nunca fue sabio para impulsar administraciones locales vigorosas y eficientes; y en el escenario nacional, su participación en el parlamento fue siempre de una timidez descomunal.

Tenga la solidaridad generacional que tanta falta nos ha hecho en las últimas décadas. Ponga en marcha los proyectos necesarios para el distrito, aun cuando ellos no sean realizables en el marco de su administración. Aun cuando no sea suya la gloria de verlos cumplidos bajo su dirección. De inicio a planes de inversión de largo plazo que den solución a las dificultades de infraestructura que aqueja La Arenosa. Ampliación de la deteriorada e insuficiente malla vial y solución definitiva para el tema de los arroyos son algunos de ellos.

No sea dubitativo para ejercer su mandato con la mano firme indispensable para dar respuesta a las falencias administrativas del distrito. Seguridad, trasporte publico, seguimiento a la inversión, educación y salud son algunos de los males. El tema de la seguridad, particularmente, se encuentra fuera de control.

No es fácil ni corto el recorrido para enderezar el rumbo; pero tiene usted la oportunidad, y la capacidad, de dar un giro definitivo al nivel de vida de los barranquilleros. Una oportunidad para encaminar la ciudad por un sendero de prosperidad y bienestar. Camino largo, pero que usted puede abrir si se decide a crear las bases para una mejor Barranquilla para las generaciones venideras.

Señor Alejandro Char Chaljub, tiene usted una cita con la historia; con el derecho que me da el ser barranquillero, le hago un llamado a no ser inferior a las circunstancias.

Dicho todo lo anterior, no me queda más que despedirme de usted; no sin antes desearle mucha suerte. A usted y a Barranquilla.

Atentamente,

Eduardo Plata Yidios

sábado, 20 de octubre de 2007

Que Se Lance

Propuesta de segunda reelección de Álvaro Uribe no tiene nada de sorpresiva. Estaba más que anunciada, por la ideología y por la historia de La U. Y también de Uribe

Era de esperarse que el partido de La U pretendiera una segunda reelección de Álvaro Uribe. Se veía venir desde tiempo atrás; desde el mismo momento en que Uribe ganó su segunda elección. Igual que su tercera reelección empezaría a merodearnos acto seguido a una eventual victoria del Presidente en 2010. Posiblemente propuesta por Ciro Ramírez. O por Julio Mario Santo Domingo. Da igual.
El partido de La U se aferra a Uribe. Lo hace porque es su única carta. En sus filas no existe liderazgo o base filosófica que le permitan, en la ausencia de Uribe, considerar posibilidad alguna de sostener una batalla electoral contra una candidatura de Lucho Garzón, o Rafael Pardo; por poner ejemplos. Como su nombre lo indica, es el partido de La U; el día que no haya U, no habrá partido tampoco. Es la consecuencia de crear partidos de esa forma. Asociaciones cementadas exclusivamente por la perspectiva de obtener plusvalías políticas derivadas de la popularidad desbordada de algún personaje específico. Fue así como se creo La U. Veo a La U y no veo un partido político. Veo una corte de melegos al servicio de un patrón que los usa y, a cambio de sus servicios, les concede alguno que otro privilegio.
Toda esta situación no debe ser del desagrado de Uribe. Él, gran terrateniente y finquero, esta acostumbrado a que le llamen patrón. A mandar sin que se le contradiga. Los cinco años de su presidencia rezan como prueba de ello. Todo aquel que ha osado disentir del primer mandatario ha sufrido una muestra de su furia. Por eso Uribe tampoco podría tener otro partido que no fuera el de La U. Porque no esta preparado para la critica y el desacuerdo naturales de la democracia. Me cuesta pensar que la propuesta le haya sorprendido. Me es difícil creer que el no este de acuerdo. Se me haría raro que la iniciativa no fuera del propio Presidente.

Causa curiosidad lo que ronda las mentes de los uribistas que se consideran en línea de salida para las presidenciales de 2010. Hay varios en el gabinete del gobierno y uno que otro en el congreso. Pensaría yo que muy contentos no han de andar; aunque en este entramado de conveniencias e intereses que es la política colombiana, uno en realidad nunca sabe que, como, ni cuando.
En este momento me producen gracia aquellos que han sostenido continuamente que Álvaro Uribe esta evitando la chavizacion de Colombia. Me parece a mi que no hay mucha distancia entre dos personajes convencidos de que su voluntad y su juicio están por encima de la máxima institución que existe en la democracia: La constitución. Ambas mentes comparten la convicción de su existencia como mesías de la nación. O quizás en nuestro caso sea más bien como el patrón de la Nación.
Gran daño el que, con su nueva aventura política, le hace el partido de La U a Colombia. Por un lado seguimos con la idea de modificar la carta magna a favor de un ciudadano en particular, procedimiento que atenta directamente contra la institucionalidad, el Estado de derecho y el orden jurídico. Por otro lado, le venden a los votantes la idea de que sin Uribe no hay país. En realidad sin Uribe sí habrá Colombia, como la ha habido siempre. Como la había, y mucho mejor que la actual, antes de ese punto de inflexión siniestro que fue la presidencia de Ernesto Samper; sucedido por Pastrana y ahora por Álvaro Uribe.
En fin, que después de haberlo hecho una vez, la segunda siempre es más fácil. En cualquier caso, para perderle el miedo al tigre, debe uno acercarse y tocarlo. Así, para Colombia desembarazarse de este nuevo caudillismo creado por Uribe Vélez, lo mejor es que el Presidente vuelva y se lance. Que se lance y pierda.
Ñapa: Historia del tal ‘tasmania’, pareciese compartir autor con la del capitán Nur, o con la del complot para asesinar al Presidente en el Caguán.

jueves, 20 de septiembre de 2007


Realidad Incomprensible


Decía Armando Benedetti Jimeno en una de sus columnas, aquella que presento como su despedida temporal del debate escrito nacional, que una de las razones que lo forzaban a hacer una pausa, era el haberle perdido el rastro a la existencia errática de la nación. Mencionaba que no era solo el. Que todos los columnistas que conocía sufrían del mismo rezago analítico. Aun sin compartir dicho postulado como excusa para no seguir acá, leyendo y escribiendo, acaso con la esperanza tonta de algún día ser espectador del alineamiento mental de la sociedad, debe reconocerse que Benedetti tenia razón.

No es posible seguirle el paso al acontecer nacional. Carecemos los columnistas, que no somos más que ciudadanos comunes aquejados por la urgencia de desahogarnos y con el tiempo sobrante para hacerlo, de la capacidad lógica para entender los eventos. Por eso la mayoría de los textos que produce la prensa de opinión no son más que el resultado de la indignación. El malestar ante lo incomprensible y absurdo de lo cotidiano.

Para la muestra el caso de los puertos de carbón en Santa Marta y Cartagena. Habiendo mas de mil kilómetros de costa, los lugares escogidos para construir puertos carboníferos son, ni más ni menos que, Santa Marta y Cartagena. Las dos ciudades llamadas a liderar el desarrollo de la casi inexistente industria turística nacional. Ahí donde necesitamos que lleguen los turistas, llegara primero el carbón.

No debe haber dudas en la mente de nadie; la única posibilidad real de desarrollo sostenible para estos pueblos es el turismo. Con su extenso entramado económico, que va desde las grandes compañías hoteleras hasta los vendedores ambulantes, coloca dineros importantes directamente en los bolsillos de todas las clases sociales y abre oportunidades para el enriquecimiento de todos. Pensaría uno que las prioridades estatales se solidarizarían con las de los habitantes de estas ciudades costeñas. Pero no. Al parecer unas regalías por exportaciones de Carbón son más importantes. Esos dineros que ingresan al sector publico, y que son tan dados a la evaporación.

Pecaríamos por inocentes al pensar que en un mismo sitio pueden convivir los balnearios y los puertos carboníferos. Cualquier alegato sobre la aplicación de tecnologías de punta usadas para mitigar los daños ambiéntales no superara nuca el estatus de ‘cuento chino’. Quizás no en lo que a la existencia de la tecnología se refiere, más si en lo que a la aplicación correcta y juiciosa de la misma en territorios colombianos. Aquí, históricamente, cada quien hace lo que se le da la gana.

La construcción de esos puertos mermara de manera parcial, sino total, el desarrollo turístico en la costa. Como si no fuese ya suficiente con el hecho de que un tiquete entre Miami y Cartagena cueste 500 dólares, al tiempo que uno entre Miami y Punta Cana, o Cancún, cuesta 200 dólares o menos. O con el hecho de que en Cartagena proliferen los edificios de apartamentos lujosos en lugar de los hoteles y los casinos. O con la inseguridad propia de todos los rincones del país.

No debe olvidar el gobierno, que su objetivo es el beneficio social integral del pueblo, que no el exclusivamente económico. Mucho más cuando ese beneficio monetario es exclusivo de algunos pocos. El potencial ahorro en costos de trasporte del carbón, representado en regalías, no es ni será nunca comparable con el beneficio generado por los miles de empleos, directos e indirectos que genera la industria turística. Por no hablar de la perdida en paisaje y riqueza ambiental.

Resulta muy difícil comprender los argumentos que sustentan la decisión de construir esos puertos. Pero bueno, volviendo al comienzo de este escrito, es casi imposible hacerle un seguimiento lógico a los sucesos nacionales. Sin embargo ahí seguimos. Haciendo un esfuerzo, frecuentemente infructífero, por entender lo que aquí ocurre. Quizás por aferrarnos a la idea de que la posibilidad de gestar cambios en la opinión nacional no pase de escasa a inexistente.


Ñapa: Mas allá de los puntos de vista, lo peor que se podía hacer con el tema del intercambio, fue haberlo convertido en un circo. En material de espectáculo para usufructo político de personajes ajenos al circulo de responsabilidades históricas de nuestra nación.

Eduardo Plata Yidios
eduardoplata.blogspot.com

sábado, 4 de agosto de 2007

Politica Factica


Gracias a las acusaciones del Presidente a la corte suprema, se ha reabierto el debate sobre si el proceso con lso paras es judicial o politico. Yo, insolentemente, responderé diciendo que es un proceso político ‘de facto’. Por llamarlo de alguna forma.

Con ello quiero decir que es político porque no queda otra alternativa. Porque la realidad que le rodea lo hace político. No hay forma de que sea judicial. ¿Por qué? Pues porque la posición del estado es muy débil frente a la posición de aquellos que se supone se someten a la justicia. El estado no tiene como exigir nada. Fueron los mismos paramilitares los que propusieron someterse a la justicia y fueron ellos, a través de sus innumerables congresistas simpatizantes, los que controlaron la ley que usarían para enmarcar el proceso. Y serán ellos los que controlen el desenlace final que tenga.

El rol del estado, desde el principio, ha sido protocolario. La participación del gobierno cumple la función de darle validez legal a aquello que se decide en el entorno de las AUC. Los paras a cambio, se han prestado para que el gobierno haga demostraciones de fortaleza de vez en cuando. Y aquí entramos en un terreno que lo hace mas político aun. Porque no hay anda mas político que la conveniencia.

¿Como ha sucedido esto?. Pues bien, son las consecuencias de la derrota. Si, de la derrota. ¿Cuál? Aquella que se ha sufrido contra el crimen. ¿En que ambito? En el militar, el judicial, el económico, el político. El social en general. Para el crimen derrotar al esatdo no necesita suplantarlo, necesita meramente gatantizar su supervicencia y su operacion.

La única razón por la cual el gobierno decide acudir a acuerdos de paz y leyes de sometimiento, es la incapacidad de obtener una victoria unilateral sobre los grupos armados al margen de la ley. No se puede porque no se esta preparado para ello. Tantos casos aislados lo impiden. Hay factores internos que debilitan la fortaleza de nuestras fuerzas armadas y con ello dan al traste con el patriótico esfuerzo de aquellos que ofrecen su vida para defender la institucionalidad nacional.

En el sector judicial sucede igual. Hay un ejercito de complicidades con el delito y de triquiñuelas que se le juegan al sistema judicial colombiano día tras día. Ahí están los senadores acusados de la parapolitica, tratando de brincarse a la corte, porque son ellos consientes de que con la fiscalia les iría mejor. Y con ellos entramos a lo político. Y ahí podríamos hablar por días de cómo el crimen ha vencido a la política colombiana. Y tendríamos que terminar hablando de cómo, al final, con lo de la para política, la política colombiana y el crimen organizado, en muchas partes, han pasado a ser un solo ente.

En realidad, en Colombia no existen grupos sediciosos. Los crimenes de las organizaciones armadas hace mucho que superaron los umnbrales politicos. El dilema lo genera el amedrentameinto nacional que existe. “Es mucho mejor que esten desmobilizados a que sigan en el monte matando gnte” dicen las voces del gobierno. Es decir, si n hay amnistia, habran muertos. Lo que se ha hecho es secuestrar al pueblo colombiano y forzarlo a perdonar lso crimenes del paramilitarismo. La ley de justicia y paz es una herrameinta legal para legitimar ese plagio. Lo mas triste es que todo ha sidfo cosnentido y orquestrado por las instituciones de la republica. Y aun falta el proceso con las guerrilas que sera igual o quizas peor.

Por todo eso, que a nadie le quede la duda; el proceso con los paramilitares es político y no judicial. Ademas, porque para que algo sea judicial, debe, por definición, contener algo de justicia. La pregunta entonces es: ¿Cómo hace este país para sacudirse y salirle al paso al asedio del delito?. Pues censurándole. Castigándole con severidad. Cambiando este país mediante el cambio de sus dirigentes. ¿Cómo? ¿Dónde?. En las urnas. Un voto a la vez.
Quedara pendiente de todas fromas el detalle de la corte penal internacional. Sera muy dificil venderle a dicho organismo, el acurdo que aca estamos haciendo. Una venta muy dura, hasta para un paisa culebrero.

sábado, 21 de julio de 2007

La Marcha De Octubre

Si bien las marchas envían un mensaje social importante, es imprescindible pasar de lo simbólico a lo practico.

Hoy, cuando dos semanas han pasado desde que se realizo la multitudinaria protesta en contra del secuestro, es posible analizar sus efectos en un ambiente mas reposado. Podríamos empezar por señalar la manifestación, como un gran despertar de una sociedad que se percibía indiferente ante el acecho generalizado del crimen en todas sus facetas. Lo mejor de la marcha fue que se marcho; valga la redundancia.

Debe señalarse que es poco común este tipo de manifestación. La marcha fue creada como método de protesta contra el establecimiento oficial. Como una herramienta del pueblo para expresar descontento con los gobiernos. Movilizarse en contra del crimen no es usual; es mas, en realidad las marchas en contra del crimen son una mala interpretación del sentido real de la misma marcha. Al ser responsabilidad del estado, proveer bienestar y seguridad al pueblo que gobierna, toda manifestación de inconformismo de ese pueblo, es producto de las carencias del gobierno administrador. La ciudadania lidia con el gobierno y el gobierno lidia con la delincuencia.

En el caso de Colombia, la gente se pronuncio para exigir el fin del secuestro y la liberación de los plagiados. La marcha debe entenderse como una protesta, quizas indirecta, contra este gobierno y todos los anteriores recientes; una censura a su incapacidad de contener y neutralizar el accionar de las organizaciones criminales. Mal hacen los gobiernos, el central y los regionales, al pretender endosarse una causa que es provocada por sus falencias historicas.

Es por eso que la marcha real de los colombianos ha de ser en Octubre. En las elecciones locales. Es ahí cuando el pueblo tendrá su oportunidad de pasar de los simbolismos a las acciones concretas. Depositando el voto por aquellos gobernantes dispuestos a contener el crimen, y a no ser selectivos al hacerlo. El secuestro no es una actividad independiente en Colombia; hace parte de un gran andamiaje delictivo que incluye: narcotráfico, guerrillas, para militarismo, corrupción, y muchos otros. Para acabar con uno, se debe acabar con todos.

Parte de la crisis social que vive el país se debe a que sus ciudadanos desconocen la dimensión real del poder que poseen a través del sufragio. Solo así se entiende el mal uso que de el se hace. Encima de los múltiples delitos electorales, tan comunes en épocas de votación, existe un desprecio popular hacia el voto, que se ha venido acrecentando en las ultimas elecciones.

Véase el caso de Cartagena en las elecciones del año 2006. Como rechazo a los candidatos , especialmente al señor Nicolás Curi, se realizo una gran movilización a favor de la abstención. El resultado fue que Nicolás Curi, con apenas 50000 votos, tan solo un 10% de la población votante, de todas formas gano. La abstención del 77%, fue una protesta completamente inútil.

Algo parecido ocurrió en las elecciones presidenciales, donde la abstención alcanzo el 65%. El Presidente Álvaro Uribe, que barrio a la oposición, fue de todas maneras incapaz de cautivar a la mayoría de los colombianos. En cifras finales, por el presidente solo voto entre el 20 y el 25% de los votantes. Ni hablar de las recientes consultas internas, ahí la abstención supero el 90%. La gran mayoría de colombianos, o esta siendo indiferente, o esta desinformada sobre el efecto real de la abstención.

Hacerse el loco ante los problemas no contribuye a resolverlos. La apatía es la aliada numero uno del crimen en Colombia. Por eso, regresando al comienzo de este escrito. Lo mas importante fue haber marchado. Ahora hace falta mantener esa energía y dejarla correr en una gran movilización en Octubre próximo. En las elecciones, donde las manifestaciones ciudadanas si tienen efectos concretos y contundentes.

Ñapa: Declaración del Ministro de Defensa sobre el resurgimiento de grupos paramilitares, suena bastante parecida a una que señalaba que en el Putumayo, ya no quedaba una sola mata de coca.

Eduardo Plata Yidios
platayidios@gmail.com

martes, 3 de julio de 2007

Secuestro Colectivo

Creciente apoyo al intercambio humanitario luego de ejecución de diputados del Valle, otorga a las FARC el resultado buscado: Arrinconamiento del estado mediante el secuestro masivo de Colombia.

11 cadáveres sin heridos dan fe de ejecución. Trágico desenlace el que tuvo el plagio de los diputados del Valle. 5 años de agonía que culminan de manera ruin. Desde aquí enviamos nuestra solidaridad a las familias que hoy sufren por la ausencia de sus seres queridos. Deben ellos, junto con todas las demás victimas de la guerra colombiana, estar cada noche en las oraciones de los que, gracias a dios, aun no hemos salido en el periódico.

En estos momentos de duelo, es pertinente que la sociedad civil colombiana se de cuenta lo que aquí ha sucedido. El comportamiento de las FARC obedece a una estrategia de amedrentamiento colectivo, que busca lastimar la imagen del gobierno y achacarle responsabilidades en la muerte de los diputados. Han sido las FARC las que los han secuestrado. Han sido las FARC las que los han asesinado. Son las FARC, y únicamente las FARC, las que deben recibir la condena de la sociedad civil colombiana y de la comunidad internacional.

Se debe juntar filas en apoyo al gobierno nacional y movilizarse en favor de lo que representa la institucionalidad, la democracia y el estado de derecho en Colombia. No debemos, en respuesta al asesinato de los diputados, acorralar al gobierno y forzarlo a ceder ante la guerrilla. Este episodio debe servir para endurecer la posición de la sociedad respecto a los grupos al margen de la ley y exigirles a ellos la liberación unilateral e incondicional de todos los secuestrados bajo su custodia.

La comunidad internacional también le debe respaldo al gobierno nacional. Es lamentable, por ejemplo, el proceder del gobierno de Nicolás Sarkozy; que cada vez evidencia más su uso del drama de los secuestrados como método para obtener dividendos políticos en Francia. Pretender ser el bueno del paseo, sin tener en cuenta el pasado y el presente de Colombia, es una mojigatería impresentable.

Llevamos medio siglo de guerra sin resultado alguno. La única solución al conflicto será sometimiento a la justicia por parte de las FARC. Esto ocurrirá, al igual que en cualquier otra guerra, cuando las FARC pierdan toda esperanza de llegar al poder por las armas; y eso no sucederá mientras las guerrillas sigan obteniendo victorias militares o políticas. Ceder en tema de intercambio humanitario es conceder a las FARC una victoria política que alejara aun más cualquier perspectiva de paz en Colombia.

Por cuenta del intercambio humanitario, la guerrilla pretende propinarle al gobierno la derrota más grande de los últimos anos. Después de 5 años de seguridad democrática, hoy, igual que en tiempos de Andrés Pastrana, las FARC nuevamente han secuestrado a todo el país. Todo el terreno político que se le gano a las FARC se esta perdiendo.

La respuesta negativa de las FARC a la decisión presidencial de liberar unilateralmente a los guerrilleros, demuestra que el interés de las FARC en el intercambio humanitario no tiene relación alguna con la libertad de sus combatientes. Si ese fuera el caso podrían ellos haber precedido de igual manera y liberar a los secuestrados. Así el intercambio, uno que si habría sido humanitario únicamente, se habría consumado. Pero no. Ellos buscan con el intercambio una victoria política: el arrodillamiento del estado ante sus condiciones.

Lo que Colombia tiene en sus manos es un pulso entre la institucionalidad y el crimen. No solo discutimos sobre la vida y la libertad de las personas en cautiverio. Discutimos sobre la vida y la libertad de las que están libres. Discutimos un futuro estable en el que se pueda construir un país con la solidez requerida para lograr un desarrollo social sostenible.

Ya en una oportunidad manifesté mi rechazo al intercambio humanitario por ser un procedimiento que únicamente garantiza el secuestro de más colombianos en el futuro; y por no incluir la totalidad de los colombianos en poder de las guerrillas. Hoy, cuando las intenciones de las FARC se han hecho aun mas claras, vuelvo a rechazarlo. Todos queremos ver una Colombia libre de secuestros. Dando ánimos y haciendo concesiones a los criminales no lo lograremos nunca.

Eduardo Plata Yidios
platayidios@gmail.com

miércoles, 27 de junio de 2007

Ay, La Copa Amèrica

Un cupo directo al mundial es necesario para rescatar la copa América de las garras de la mediocridad y la irrelevancia.

Regreso la copa América, y al igual que en sus versiones recientes, la recibe uno con un sabor un tanto agridulce. Contrasta la alegría natural que despierta el fútbol en toda la geografía latinoamericana, con la pobreza de espectáculo a la que se nos viene sometiendo últimamente. El torneo camina con paso lento pero firme hacia la irrelevancia.

Este año es en Venezuela. La copa del comandante Chávez. Muy seguramente la usara el para hacer propaganda política; así sucede históricamente con los caudillos latinoamericanos. Se agarran del deporte y de las artes para promover su agenda ideológica. Prueba de ello fue el saque inicial a cargo del movimiento bolivariano.

Muchas cosas han conspirado para lograr la decadencia del certamen. Entre ellas la frecuencia con la se realiza el torneo. Dos, o tres, años es un tiempo muy corto. Atenta contra el valor de levantar el trofeo al final y lastima la expectativa que se despierta en las aficiones. Además, el apretado calendario internacional la coloca siempre en épocas complicadas; o se juega como ahora, a tan solo un año del mundial; o se juega en plena eliminatoria.

Otro factor es la abrumadora desventaja que existe entre las selecciones participantes. Argentina y Brasil, nos guste o no, están un escalón por encima del resto. El pasado así lo indica y el presente continuamente lo corrobora. Ocasionalmente uno de los del resto encarrila una buena generación y medio se mete entre ellos, pero es solo ocasionalmente. Por eso muchos de sus jugadores no esconden sus deseos de no participar. Solo falta hacer una comparación entre la alineación del Brasil del mundial y el Brasil que viajo a Venezuela. Ellos prefieren no arriesgarse en un torneo que no les provoca ilusión alguna.

Debe señalarse también el bajo nivel general que se evidencia en América latina. Haciendo a un lado los dos gigantes hemisféricos, todos los demás pasamos épocas duras. En Colombia, por ejemplo, de aquellas épocas en las que la selección nacional se enfrentaba de igual a igual con los grandes del mundo, hoy solo quedan los videos. Igual ocurre con los demás. Selecciones tristemente venidas a menos.

Situación muy distinta la de la Eurocopa. Allá la calidad y la expectativa son inmensamente superiores a las que aquí vivimos. Tendrá mucho que ver lo que hemos mencionado. La Eurocopa se juega cada 4 años, van absolutamente todos los jugadores de primera línea, y el nivel general es más equilibrado. Incide mucho la sed de triunfo de los participantes.

Urge que la Conmebol tome medidas para recuperar el torneo más antiguo del mundo. Hacerla cada 4 años, en los años pares que no coinciden con mundial es el comienzo. No son ánimos de copiarse de Europa, es sencillamente lo más acertado. También debe cambiarse el sistema de 3 grupos en los que clasifica hasta el tercero, eso no es competitivo. Deben reunirse 16 equipos para poder limitar las clasificaciones en fase de grupos a tan solo 2 equipos. Los 6 equipos que completarían los 16 no deben ser invitados de fuera del continente. Habiendo tantos países en América en los que se practica fútbol, recientemente vimos la insólita participación del Japón. Quizás no seria mala idea platearse una unión de la Conmebol y la Concacaf en aras de organizar un solo torneo continental.

Por ultimo, debe ofrecerse un incentivo que toque la sensibilidad de jugadores, directivos e hinchas. Algo como un cupo directo al mundial de fútbol siguiente. Eso elevaría la calidad del torneo dramáticamente. Por algo la eliminatoria es mucho mejor que la copa América a pesar de que la juegan los mismos equipos. En fin. Al final la Conmebol tiene la última palabra. En todo caso, si no se toman medidas pronto, el futuro de este patrimonio del deporte hemisférico esta en chino. O mejor dicho: en japonés.

Ñapa: El día Lunes 25, el noticiero del canal RCN anuncio la victoria del demandante en la absurda demanda que se hizo por más de 50 millones de dólares a causa de la pérdida de unos pantalones en una lavandería. Me temo que no fue así. La victoria fue para el demandado. Quisiera pensar que fue un error y no un afán sensacionalista. Pero me cuesta.


Eduardo Plata Yidios

jueves, 21 de junio de 2007

De las Papayerasa las Naranjas

La semana pasada en Colombia le encontraron el valor monetario a la vida de una persona. Vale lo que vale una naranja.


Nadie debería sorprenderse de que al alias “macaco” se le publique un aviso en El Espectador. Ni tampoco de que se le reciba con manifestaciones con papayera a la entrada de la fiscalía. Cosas mas graves y descaradas ha hecho la delincuencia en Colombia. En un proceso de verdad en que los criminales se declaran victimas, alegan perdida de memoria, culpan a los muertos, le toman fotografías amenazantes a las victimas, se desaparecen testigos y se dicen toda clase de mentiras, ¿Que mas da que a alguien lo reciban con papayera o no?. Es lo de menos.

Personalmente, difiero de aquellos que piensan que estas personas, que sin pudor alguno han ido ha recibir con papayera a “macaco”, lo hayan hecho gracias a un incentivo económico. Creo que en este país, tal y como están las cosas, mas de uno iría voluntariamente, con todos los ánimos del mundo, a recibirle como prócer de la patria. Los acontecimientos recientes de la historia nacional asi lo proponen.

Leyendo la prensa, me encuentro con una noticia que de alguna manera resume lo que acá hemos planteado. Un niño de 14 años recibió un disparo de escopeta en el cuello al intentar tomar una naranja de un árbol. Al parecer el árbol se encontraba en propiedad privada y el dueño de la tierra decidió solucionar el problema con escopetazos. Cuentan los otros niños que acompañaban a la victima, que el muchacho, a pesar de estar gravemente herido, intento huir para evitar ser impactado una segunda vez. Al final el niño falleció.

Me pregunto yo, ¿Qué razonamiento ruin lleva a una persona a concebir que esta autorizada a hacerle un disparo de escopeta a alguien que se atreve a robarse una naranja de un árbol?. De ante mano, sin ánimos de amenazar el concepto de propiedad privada, confieso que enfrentó un grave conflicto interno para reconocer como delito, o aun como acto indebido, el hecho de tomar una fruta de un árbol que se encuentra en propiedad ajena. Recuerdo que lo hice en múltiples ocasiones cuando tenia la misma edad de la víctima. Lo recuerdo y se me hace difícil creer que debía ser procesado judicialmente por ello. Mucho menos recibir un escopetazo en el cuello.

El razonamiento de este personaje es el mismo que dio origen a la guerrilla y al paramilitarismo. La usurpación de la personería del estado. La toma de la justicia en las manos particulares ante el guiño consentidor del estado y la sociedad civil. La ausencia absoluta de estado en las regiones de Colombia dio origen a esta situación. Al no haber un estado regulador, cada quien impone la ley que mejor le parece. O que más le conviene.

Al estado, historicamente, le han faltado dientes para defender a la sociedad civil. Militar y jurídicamente. Así la delincuencia se convirtió en causa y cosecuencia de si misma. La derecha alega haberse armado por culpa de la izquierda y la izquierda alega haberse armado por culpa de la derecha. En realidad unos y otros se armaron por su calidad de criminales. Por su desprecio de la vida y del derecho ajeno a coexistir con ellos.

Como si fuera poco, para cerrar el círculo en esta cadena de desventuras, al igual que en la triste historia reciente de Colombia, la victima es un niño. Ese escopetazo que recibió ese muchacho de 14 años, es el mismo que han recibido las nuevas generaciones de colombianos, que heredaran un país mafioso en el que una niña en un colegio público de Cali, confiesa inocentemente que cuando sea grande quiere ser sicaria.

Por eso, volviendo al párrafo inicial, pregunto yo, En un país donde se asesina a un niño por tomar sin permiso una naranja, ¿Que tiene de raro que a “macaco” se le reciba con papayera?. Nada. Esa es la Colombia de hoy. La Colombia que cayó en desgracia por fracasar sistemáticamente en sus intentos por contener el crimen. Especialmente aquel crimen que conquista el poder político.


Eduardo Plata Yidios

jueves, 17 de mayo de 2007

Males Mayores y Menores

Es cierto que los paramilitares son un mal menor. Las guerrillas también lo son. El mal mayor son todos aquellos que justifican la existencia de unos y otros.

Lamentable el resultado de la encuesta divulgada recientemente por la revista Semana. Después de conocerse el espeluznante informe sobre fosas comunes publicado por el diario El Tiempo, la encuesta debería prender las alarmas del país. Pensaría uno que palpar la barbarie de la guerra, relatada por victimas y victimarios, despertaría la conciencia nacional y lanzaría el país completo hacia el rechazo de las vías de hecho. Especialmente aquellas tan monstruosas como las narradas en el informe. Más aun cuando entre las victimas de la crueldad hay niños. Muchos niños.

Pero no. Muchos colombianos justifican todo aquello. Lo consideran un precio justo que necesitaba pagarse en aras de superar la crisis que las guerrillas habían forjado. Más de uno confeso que su opinión sobre el paramilitarismo había mejorado, o que deberían soltárselos de nuevo a la guerrilla. Eso es lo que hay. Un pueblo tolerante de las formas y ajeno a la desgracia común.

Con un entorno de esas características todo resulta irrelevante. Si los paramilitares confiesan o no, si se repara a las victimas o no; todo es irrelevante. La opinión nacional es indiferente ante la información. Todo esta justificado. El mal causado por las guerrillas excusa los métodos que se utilicen para detenerlo. Si ello implica la desaparición de 30000 personas, pues que así sea. La guerrilla tenia que contenerse.

En el otro extremo la mentalidad es la misma. Y sus teorías y conclusiones, iguales también. El abanderamiento abusivo de la voluntad popular y la justificación del crimen como método de lucha social. Todo vale. Y al final, todo deriva en delincuencia común o en narcotráfico. Porque el cerebro humano es degenerativo y la familiaridad con el crimen, tarde o temprano criminaliza e lleva a que en el camino se pierda cualquier otra idea que pudiese haber existido originalmente.

Y en estas condiciones, la nación luce impotente no solo para curar sus males, también para identificarlos. Paramilitarismo, guerrillas, incluso narcotráfico, son males coyunturales producidos por males estructurales que son la falta de educación, de tolerancia y de respeto por el prójimo, su existencia y sus ideas. He ahí el foco de la discusión.

El problema grave de Colombia no es que haya paramilitares, ni que haya guerrilleros. A pesar de la tragedia nacional que juntos e individualmente han ocasionado. Lo crítico es que la nación sigue siendo caldo de cultivo para que ambientes como el actual vuelvan a presentarse sistemática e indefinidamente. Colombia no rechaza, ni castiga con severidad los grupos armados. Todo lo contrario; Los justifica, y en muchos casos los consiente.

No por censurar el paramilitarismo se es guerrillero. Ni por recriminar las guerrillas se es paramilitar. No se debe ser ni una cosa ni la otra. Y el estado esta en la obligación de combatir sin tregua a todos aquellos que sean lo uno o lo otro. Si la opinión pública no se espabila, se verá condenada a repetir su presente y su pasado. La conciencia social del país es la que esta causando tanta tragedia.

¿Y el gobierno? En lo usual. Jugando al teléfono roto con sus antecesores. Nunca se sabe de quién es la culpa. Lo que si se sabe es que hay problemas y nadie los resuelve. Y mientras la opinión no exija respuestas con firmeza, así continuara ocurriendo. Un gobierno tras otro.

Solo mediante una gran labor de educación, de promoción del derecho ajeno a existir, a pensar y a opinar, se creara un país preparado para el crecimiento social, político y económico. Todo lo demás son paños tibios para perpetuar el estatus quo. Posponer las soluciones reales y mientras tanto esperar. Esperar y rezar para que en el futuro ni nuestros nombres, ni los de nuestros seres cercanos, aparezcan en informes de El Tiempo. Ni como victimas, ni como victimarios.


Eduardo Plata

sábado, 21 de abril de 2007

La Ignorancia Es Atrevida




No tenía Al Gore que producir un documental para convencer al mundo de que el planeta está en malas condiciones. Todos los sabemos. Lo sé yo y lo sabe usted. El bombardeo de información científica relacionada con el medio ambiente, y con el peligro inminente que ha surgido gracias a su desmejoramiento, es abrumador. El planeta cada día se calienta más y más rápido. La atmósfera es cada vez más incapaz de autorregularse. La capa de ozono se deshace.

Y aun sí no hubiese testimonio científico alguno, las evidencias cotidianas son suficientes. Ríos que se secan, nevados que se derriten, huracanes cada año más feroces, temperaturas que se ubican más hacia los extremos, especies que se extinguen ante la destrucción de su hábitat, en fin. Cualquiera debería ser capaz de concluir que algo raro esta pasando y que ese algo no es nada bueno; toda vez que aquello que implique la extinción desmedida de especies, incluida la humana, está lejos de ser positivo.

Esta dura realidad ambiental ha creado una gran discusión alrededor de la culpabilidad del hombre en los cambios que ha sufrido el planeta. En realidad, está claro que el ser humano, si bien no puede ser señalado con toda seguridad como culpable absoluto, ha contribuido sobremanera a, por lo menos, acelerar y agudizar dichas variaciones. Gracias a la soberbia, la avaricia y, sobre todo, a una inmensa ignorancia, la raza humana ha colaborado en la destrucción del lugar en el que habita.

Si usted alguna vez se ha preguntado, cuándo empezó la debacle del medio ambiente, la respuesta a su pregunta es: el mismo día que se difundió la idea de que los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Dicha frase posee la intención real de elevar al ser humano a la categoría de deidad; por encima del resto de seres de la creación. Ahí empezó el desastre del planeta. Allí se le dio al hombre una licencia para despreciar y amenazar todo cuanto existe a su alrededor. Porque es inherente a la forma de ser humana el abusar de los inferiores.

Se debe notar que en culturas igualmente ancestrales, pero distantes de la occidental, como la de las tribus nativas de América, existe un gran respeto por el planeta, su fauna y su flora y se hace mucho énfasis en mantener un equilibrio respetuoso entre el ser humano y aquello que lo rodea. Su filosofía, su estilo de vida y su actitud ante la naturaleza son mucho más humildes que aquellas que profesamos los que hemos sido creados a imagen y semejanza.

Esa potestad absoluta sobre el planeta la ha empleado el hombre para hacer aquello que más lo mueve: producir y acumular dinero. No hay nada que ocurra aquí que no se origine en el enriquecimiento personal de alguien. El medio ambiente no es la excepción. Detrás de la tala de bosques, de la explotación de hidrocarburos, de las emisiones de gases tóxicos y de la explotación desmesurada de recursos, hay personas haciéndose inmensamente ricas. De ahí que el mayor obstáculo que encuentra toda legislación ambiental sea el costo añadido a la producción de bienes y servicios ante la eventualidad de que se exigiese una mayor protección del ecosistema en los métodos de producción; y una reparación posterior que buscase la sostenibilidad de la explotación de los recursos naturales. Nadie quiere asumir ese costo, ni las grandes empresas, ni los consumidores. Siempre, por egoístas y miopes, dejamos el problema a la generación siguiente. Hasta el día que ya no haya generación siguiente y a alguien le toque pagar el plato roto.

He ahí una combinación mortal: por un lado, el deseo desaforado de acumular las riquezas y el poder que estas compran; y por otro lado, la ausencia absoluta de barreras, tanto legales como morales, que pudiesen impedir la explotación desaforada del medio ambiente en el proceso. Es así como hemos llegado al día de hoy, y ahora nos encontramos con un planeta enfermo. Porque hemos actuado indebidamente y sin saber lo que hemos pretendido saber. Porque la realidad es que sabemos muy poco, y de lo poco que sabemos, hay mucho que sabemos mal.

Es largo el inventario de descubrimientos o inventos de la sociedad moderna que han colaborado a descomponer la salud del planeta. El ser humano actúa como un niño fuera de control que juega con artefactos peligrosos, cuando en realidad no puede dominarles. Lo hace por ignorante y porque la ignorancia es atrevida. Más aun cuando, además de ignorante, se es soberbio.

Sorprende ver cómo el resto de especies, consideradas inferiores, logra mantener con su medio ambiente un equilibrio que el hombre parece incapaz de alcanzar. Sin duda, detener el aumento desmedido de la población mundial, y así contener el consumo masivo de recursos, será imprescindible para poder alcanzar un desarrollo sostenible y armonioso entre la gente y la naturaleza.

Grandes retos enfrentará la humanidad en este siglo XXI, pero ninguno de la dimensión del dilema que representa el medio ambiente. Quizás el desenlace de todo esto se encuentre en la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Es el ser humano capaz de sacrificar sus pasiones en pro de su propia subsistencia?

Ñapa: Le haría muy bien al país que en los debates de la para-política, los representantes del gobierno se esforzaran en controvertir los mensajes y no en desprestigiar a los mensajeros.

sábado, 3 de marzo de 2007

Playas y Violencia

Para nadie es un secreto que los problemas de seguridad de la Nación han dado al traste, también, con la industria turística nacional. Existe en el público internacional la idea de que viajar a conocer Colombia es asumir un riesgo innecesario. Allá creen que acá las bombas no dejan de caer. Nada más alejado de la verdad, pero de nada sirve que lo sepamos sólo los de acá. Lo importante es que allá también lo sepan.

Desgraciadamente las noticias tampoco ayudan. Hace un par de semanas fue asesinada una turista en Cartagena. ¿Cómo sucede esto en nuestra ciudad turística por excelencia? Se pregunta uno. ¿Cómo no se ha blindado del crimen la que debe ser la punta de lanza de cualquier estrategia turística nacional? No se sabe, pero sucede. Y cada vez que sucede, el mundo entero se entera. Y con ello afianzan sus teorías.

¿Para que ir a Colombia, si se puede ir a tantos otros lugares en donde no matan a la gente? Dirán. No los culpo. Yo también guardo muchas reservas sobre visitar uno que otro país con complicaciones similares a las nuestras. Como dicen por ahí, a veces uno no es lo que es, sino lo que parece.

Ante esa realidad, Colombia tiene que trabajar más duro. De alguna forma se debe lograr que los turistas vengan a este país. El aporte en empleos y divisas es demasiado importante como para continuar tratando el turismo con la desidia con la que se le ha tratado hasta ahora. No hay país desarrollado que no tenga en el sector turismo un gran aporte a la economía nacional. No hay nación en desarrollo que no use el turismo para catapultarse hacia el progreso. En China e India, por ejemplo, el turismo promedia un 9 por ciento del PIB de esas naciones.

Que China e India son destinos muy atractivos por su cultura, dirán algunos. Pues sí, al menos para nosotros. Para hindúes o chinos, que sumados son la mitad de la población mundial, su cultura es absolutamente común. Para ellos rara es Colombia. O Latinoamérica en general.

Lo que le hace falta a Colombia es mostrarse. Dar a probar un poquito. Como hacen las empresas cuando dan un mes de servicio gratis. O los restaurantes cuando ofrecen degustaciones. O las mujeres con la minifalda. Se trata de enredar tanto al cliente, hasta el punto en que las ganas puedan más que la razón. Dicen que es eso lo que hace el vicepresidente Santos, promocionar a Colombia. Pero el Vicepresidente dice tantas vainas que es trabajoso tomárselas en serio. Ya ven lo que ocurrió con el dichoso Mundial de 2014.

Hacen falta eventos como el carnavalito que se realizo la semana pasada en Miami. El sábado pasado, en la ciudad de Miami, se organizó con éxito una representación del carnaval de Barranquilla. El espectáculo contó con la participación de varios grupos folclóricos, incluyendo el garabato, las marimondas y los cumbiamberos. Yo que tuve la oportunidad de presenciarlo, me quedé asombrado al ver la reacción de los espectadores, que se maravillaban al ver venir el ‘Cumbión Quillero’; grupo que abría la presentación. Mujeres lindas, sabrosura, folclor, cultura, todo un ambiente embriagador; capaz, incluso, de sacarle más de un pase de baile a los fríos policías gringos.

Es la primera vez que se organiza este tipo de evento. Ojalá no sea la última. Colombia debe buscar escenarios como este para promocionarse a sí misma. Más de uno que vio el carnavalito quedó picado y seguramente el año entrante visitará La Arenosa para disfrutar el de verdad. Ojalá se pudieran realizar presentaciones como esta en muchas otras partes, y con muestras de muchas otras regiones del país.

Hacen falta más libros y guías colombianas de turismo, en los estantes de las librerías internacionales. Muchos documentales en el Travel Channel. Eventos de promoción. Mayor difusión de las fiestas que se realizan en el país. Y, obviamente, pues que no vuelvan a aparecer turistas muertos.

A día de hoy, el turismo representa cerca del 2,5 por ciento de la economía nacional. Cifra extremadamente baja. En Republica Dominicana, por ejemplo, el turismo representa el 10 por ciento del PIB. En Perú, para hablar de un país más cercano al nuestro, es el 6 por ciento y emplea a cerca del 10 por ciento de la población. Quizás ese 10 por ciento es el que le falta a Colombia para superar su crisis laboral.

En todo caso, hace falta mucho más que un Vicepresidente dando vueltas por el mundo, o que una campaña sin contenido alguno, como esa que dice ‘Colombia es pasión’, para convencer a la gente de que deje sus dólares o euros en Colombia. Y que, con ello, cree empleo en muchas regiones donde escasea. Impera que se de al turismo nacional, la relevancia que merece. No se puede pretender expandir la economía, dejando a un lado un sector que genera tanto trabajo y riqueza alrededor del mundo.

Ñapa: La designación de Fernando Araújo como Ministro de Exteriores, corrobora que la presidencia de Uribe Vélez es una gran campaña publicitaria. Uno esperaría más criterio para nombrar al responsable de un cargo tan importante.

sábado, 24 de febrero de 2007

Buenas Noticias


Tengo que confesar que me place mucho ver tras las rejas a todos los congresistas que en estos momentos están detenidos a causa de sus alianzas con los grupos armados. No participaré de la actitud mojigata de aquellos que dicen no alegrarse de la tragedia ajena. Por supuesto que debe producir gran satisfacción que aquellos que participaron en el exterminio sistemático de compatriotas estén al fin tras las rejas. Dios quiera sigan cayendo.


Curioso que, hasta ahora, todos los detenidos sean parlamentarios integrantes de partidos pertenecientes a la coalición de gobierno. Cierto es que uno no puede controlar las simpatías que despierta en los demás. Pero no menos cierto es que cuando a uno lo quieren tanto los delincuentes, vale la pena revisar que es lo que dice o hace uno, que los atrae tanto. Curioso también que el Presidente no haya entrado en furia y llamado “terroristas de civil” a estos seis congresistas detenidos por lazos con grupos genocidas.


Así están las cosas, seis congresistas más están sindicados y la lista promete alargarse. El próximo podría ser el senador Ciro Ramírez. Sí, el mismo que no siente pudor alguno al promover que se reelija a Álvaro Uribe una y otra vez. Ahora resulta que el senador Ramírez está enredado por unas presuntas relaciones con un mafioso. Y así seguirán cayendo. Hay muchos más en capilla. Si se llegasen a procesar todos ellos, el gobierno podría pasar a ser minoría en la Cámara alta.


Teniendo en cuenta el manto de dudas que siempre ha habido sobre el Parlamento nacional, el hecho de que por fin se destape la olla podrida y que los culpables estén siendo procesados, le da un gran aire a la democracia nacional. Habla muy bien del Estado colombiano. El poder legislativo está siendo depurado por el poder judicial, el cual ha estado a la altura de las circunstancias y no le ha temblado el pulso para zarandear los apoyos al poder ejecutivo, que se limita a observar calladamente. Excelentes noticias.


Queda entonces por resolver qué se hace ahora con lo que queda o quedará del Senado. Se habla de revocatorias y de reformas. Reformas sí, revocatorias no. Una revocatoria traería consigo una desestabilización del país que es inconveniente y que además no resolvería nada. Si bien algunos senadores involucrados con el crimen han sido apresados, las organizaciones delictivas que los llevaron al poder no han sido desmontadas. Asesinatos de testigos, como Yolanda Izquierdo, dan fe de ello. Llamar a nuevas elecciones legislativas abriría la posibilidad para que dichas organizaciones colocaran fichas nuevas en el Congreso.


Aquí, al estar involucrado un crimen electoral, impera que se eliminen todos los votos depositados a favor de los congresistas detenidos, y que se vuelva a calcular la cifra repartidora que otorga el número de cúreles por movimiento político. El controversial voto preferente cumplirá por fin una función muy útil. De esta forma se castigaría a aquellos partidos que no se dieron a la tarea de proteger la democracia nacional. Se evitaría que la remoción de los congresistas acusados por la corte se convierta en un caso de “quítate tu pa’ ponerme yo”. Acá lo que está en juego es la democracia nacional y el hecho de que los grupos armados ilegales se han involucrado en el poder legislativo. El nombre de la persona que los representa es lo de menos, lo primordial son los votos y la influencia del crimen en el proceso electoral.


Esto habría que hacerlo cada vez que un nuevo congresista sea sindicado por la Corte. Hasta que se venza el período del Congreso actual. Según lo hasta ahora ocurrido y lo que se espera para el futuro, más de un partido podría llegar incluso a caer por debajo del umbral y perder toda su representación.


Reformas sí. Y muchas. Reducción del número de senadores a dos por departamento. Aumento del umbral electoral. Ponerles obstáculos a las herencias electorales. Todas ellas tendrían que discutirse debidamente y su implementación se haría con la llegada de un nuevo Congreso.


En todo caso, de lo que acá se haga dependerá mucho el futuro de este país. Los crímenes cometidos por los parlamentarios en cuestión superan con creces en gravedad, crueldad e impacto a aquellos cometidos en el pasado en situaciones como la del proceso 8.000. Entre más caigan mejor. Ojalá caigan también muchos industriales y ganaderos que, igualmente, han promovido campañas de sangre en los campos de Colombia. Solo después de una gran limpieza judicial podremos empezar a pensar en reconstruir esta Nación.


Ñapa: Más allá de su inocencia o su culpabilidad en los hechos de la campaña de 1994, Horacio Serpa encarna la destrucción del Partido Liberal. Su retiro absoluto del partido y de la política en general es vital para que el partido pueda reorganizarse y recuperar los apoyos sociales que ha perdido.

sábado, 27 de enero de 2007

Problema de Autosuficiencia


Si las organizaciones del crimen fueron capaces de permear, y en muchos casos apoderarse, de la representación del Estado, fue principalmente por la debilidad de las instituciones regionales.


Tal como se esperaba, el cuento de la para-política, ha picado y se ha extendido. Apareció el famoso documento en el que representantes electos del pueblo de Colombia decidieron apoyar ese supuesto programa político que, como todos hemos visto, tenía como único objetivo el saqueo del Estado a cualquier costo. Habló el ex-alcalde Bernardo Hoyos y acusó de absolutamente todos los crímenes posibles a la administración actual y a un grupo de personajes muy conocidos en Barranquilla. Al senador Araújo ahora se le vincula con participación activa en secuestros. Y ahí no parará, pero por ahí vamos.


Qué dolorosa esta situación en la que ha caído la costa de Colombia. Qué dolorosa esta situación en la que ha caído Colombia. Entre guerrilla, narcotráfico y paramilitarismo se reparten el control de gran parte del territorio nacional y, por lo que se ha sabido, también el de las instituciones publicas. El crimen organizado se apoderó de las regiones de Colombia ante la mirada atónita de un Estado que hasta el DÍA de hoy sigue creyendo que la presencia estatal se limita a los fusiles y las bases militares.


Buscando las causas de todo esto, se estrella uno con algo que ocurrió aquí, hace dos décadas, y que sin duda generó muchos de los problemas que hoy vivimos. En el peor momento de la historia, con varias décadas de guerrillas encima, ante el nacimiento del paramilitarismo y cuando el narcotráfico se convertía en una amenaza gigantesca para la institucionalidad nacional, Colombia decidió jalarle a la descentralización. Y para agravar las cosas, lo hizo mal.


Si bien la descentralización de Colombia es absolutamente necesaria, por su extensión geográfica, por su densidad demográfica y por su variedad cultural, la asignación de libertades a las regiones, tal como se hizo y en la época que se hizo, terminó fue emulando el caso de la madre que abandona a sus crías para que se desarrollen solas, y éstas, por no estar preparadas, terminan siendo presa de los depredadores locales.


No se podía dejar sueltas a regiones que no estaban preparadas para gobernarse a sí mismas. Décadas de centralismo causaron dependencia y abandono que inhabilitan el progreso individual. Para tener éxito, la descentralización política debía haber sido precedida por una descentralización económica que nunca que se dio. Los capitales y la inversión siguen concentrados en la capital de la república. Tanto los privados como los públicos.


La verdadera autonomía de las personas y, por ende, la de las comunidades en las que ellas habitan, es dada por la autosuficiencia. Es el poder adquisitivo, la capacidad de ser económicamente autónomo, lo que da la libertad. Para que las regiones pudieran caminar solas, sin ir de la mano del gobierno central, se requería empleo en los pueblos de Colombia. Sólo así, los ciudadanos de esas localidades dejarán de ser presa fácil de los varones electorales o de los jefes del crimen organizado que, al día de hoy, controlan la vida de la gente en muchas regiones del país.


En muchos países, el Estado se encarga de ubicar sus diferentes oficinas e instituciones en localidades pequeñas, a lo largo y ancho de la geografía nacional. Esa política hace que por fuerza se desarrolle la economía en esos pueblos. Al capital privado no se le puede obligar a reubicarse en diferentes regiones, pero sí se le puede incentivar. El Estado debió promover el traslado masivo de empresas a las regiones, con el fin de generar riqueza en lugares que se encuentran en los más absolutos estancamiento y olvido.


Esto no ocurre exclusivamente en el nivel nacional; en los departamentos, también existen concentraciones de capital y de empleo en las ciudades. El departamento del Atlántico por ejemplo, gira alrededor de Barranquilla, el resto de los municipios viven condenados a economías escasas o inexistentes. Si se lograra que algunas de las empresas de la ‘Arenosa’ se mudaran a municipios como Palmar de Varela, Rotinet o Cien Pesos, se daría un golpe en la mesa que impulsaría la economía en todos estos pueblos y, como consecuencia, la economía del Atlántico en general. Incluida Barranquilla.


El camino para mejorar las condiciones de vida a lo largo y ancho de Colombia y hacer fuertes a las regiones es llevar empleo a donde no lo hay. Esa es la forma como Colombia ganará la guerra. La guerra contra el crimen y contra la corrupción. Esa debería ser la meta principal de este gobierno, que vive alegre por sus cifras de inversión y no se da cuenta de que el pueblo lo que necesita es trabajar, trabajar y trabajar.


Ñapa: Esta semana, cuando Julio Mario Santo Domingo decidió proponer públicamente un tercer período presidencial de Álvaro Uribe, me habría gustado que volviera a explicar como fue lo del ahorro de impuestos por la venta de Bavaria. La verdad, yo eso nunca le entendí.

sábado, 13 de enero de 2007

De Interes Publico

El exitoso escape del ex ministro Araújo revivió el debate sobre el rescate militar de secuestrados. Rescate militar o acuerdo humanitario, he ahí el dilema. Ya una vez dije aquí que no apoyaba el intercambio humanitario, no en las condiciones en las que se plantea, no mientras no incluya a la totalidad de colombianos privados de su libertad, no mientras no se haga en el contexto de un acuerdo de sometimiento a la justicia de parte de los grupos armados ilegales.

Me mantengo en mi posición, y como no apoyo el acuerdo, pues obviamente apoyo el rescate militar. No porque me gusten las balaceras, como ya alguno habrá pensado, sino porque para el Estado es una obligación y una necesidad. La obligación de procurar el resguardo de la integridad física de todos los ciudadanos mediante el uso de todos los medios a su disposición. Y una necesidad porque, ante la agresión constante de los grupos ilegales, el accionar tibio del brazo fuerte del Estado solo contribuye a incitar más atropellos en contra de la ciudadanía. La autoridad, para gozar de respeto, tiene que ser ejercida por encima de todo y en todo momento.

Muchos de los llamados “secuestrados políticos” que los grupos armados ilegales tienen en su poder en estos momentos fueron secuestrados precisamente como carnada para forzar un acuerdo humanitario con el gobierno. Si esa posibilidad estuviera cerrada desde el principio, seguramente muchos de ellos, los plagiados, gozarían de libertad hoy. No tendrían sus familias que presionar al gobierno para que este llegase a acuerdos con la insurgencia, ni pretender presionar al Estado para que se someta a las siempre absurdas condiciones de la delincuencia.

Como lo hacen los familiares de Ingrid Betancourt. Ellos, con su accionar público, nacional e internacional, solo buscan que el gobierno ceda, para que así llegue la libertad de Ingrid. Sin importar si esa libertad compromete la de muchos otros ciudadanos frente al futuro. Buscan el interés privado y nada más.

Pero ahí está el artículo 58 de la Constitución para aclarar las cosas, cuando en conflicto, “el interés privado deberá ceder al interés público o social”. Este artículo, que se refiere principalmente a la propiedad privada, interpreta la filosofía detrás del Estado social de derecho. En este caso en particular describe por qué el gobierno no puede llegar a la liberación de secuestrados mediante un acuerdo; porque el Estado no puede permitirle a la delincuencia que use a los ciudadanos como moneda de cambio.

Los acuerdos con el crimen organizado nunca son exitosos, porque la mentira, la traición y la violación de las normas son requisito indispensable para ser exitoso en el negocio del crimen. Hace mucho tiempo que los grupos armados de Colombia dejaron de ser políticos y se dedicaron exclusivamente al crimen. (Ese es, seguramente, otro favorcito que tenemos que anotarle al narcotráfico). Y como grupos de crimen organizado, los acuerdos políticos con ellos solo terminan en lo que pretendía terminar el Caguan y en lo que hasta ahora ha resultado de Ralito; lejos de ver un sometimiento a la justicia por parte del crimen, es el Estado social de derecho el que termina arrodillado ante las condiciones impuestas por los delincuentes.

No hay nadie en Colombia que no desee la liberación de todas las personas que se encuentran privadas ilegalmente de su libertad. Sin embargo, la angustia y el dolor no deben llevarnos a perpetuar el accionar criminal con el que convivimos. Si no existe una respuesta fuerte y decidida por parte del Estado, la delincuencia seguirá imponiendo sus condiciones, amedrentando y abusando de la sociedad civil. Violando la integridad física y moral que el Estado está constitucionalmente obligado a proteger.

Por obvias razones, si se consulta a los familiares antes de realizar una operación militar que pudiese poner en riesgo las vidas de sus seres queridos, ellos se negarán. Por cuestiones de esperanza y de dolor personal, los familiares, en su gran mayoría, se aferrarán siempre a la posibilidad de un intercambio que devuelva a sus casas a los plagiados sanos y salvos. Pero el Estado, por la misma razón que no sale a repartir comida a los hambrientos, ni lleva regalos a los niños pobres en navidad, no puede someterse al interés personal. Debe velar por el interés público. Y en este tema, lo que más le conviene a la sociedad, a Colombia como país, es una respuesta fuerte; que el rescate militar esté fuera de toda discusión. Y que los acuerdos con los grupos armados solo se den cuando estos se sometan a la justicia colombiana.

Ñapa: Con sus nuevas metas, Hugo Chávez le apuesta a conseguir lo mismo que hasta el momento ha logrado Fidel Castro. Desdibujar a la izquierda y garantizar la hegemonía de la derecha en Latinoamérica por 50 años más. Con los resultados que todos conocemos